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El proceso para el fin del terrorismo

30 encapuchados queman un autobús ante una multitud en pleno centro donostiarra

Un grupo de violentos perpetra un ataque organizado aprovechando la ausencia de policía

Mikel Ormazabal

Un nuevo ataque vandálico perpetrado ayer por un grupo de radicales dejó totalmente destruido por las llamas un autobús articulado de la compañía municipal de San Sebastián. Fue un acto de kale borroka perfectamente organizado y en el que intervinieron unos 30 jóvenes encapuchados. A primera hora de la tarde y en pleno centro de la ciudad, obligaron al conductor y a una decena de pasajeros a desalojar el vehículo, valorado en 300.000 euros, y luego le prendieron fuego. Los violentos, que aprovecharon que no había presencia policial, actuaron cuando miles de personas se hallaban en el Boulevard.

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El ataque fue cometido a las 15.10 por unas 30 personas que ocultaban sus caras con capuchas, según testigos presenciales. Salieron en grupo desde la Parte Vieja y se encaminaron directos hacia su objetivo en el Boulevard: un autobús articulado con el chófer y una decena de pasajeros a bordo. Los violentos, armados con material incendiario, se dirigieron en tono amenazante al conductor, que tuvo que dejar el vehículo en marcha en medio de la calzada y ayudar a algunos ocupantes a desalojarlo.

Los encapuchados se ensañaron en ese momento contra el autobús, contra el que arrojaron varios cócteles molotov. El autobús comenzó a arder de inmediato ante la presencia de una multitud de personas. Ayer se celebraba en San Sebastián la tradicional feria de Santo Tomás, que reúne con esta ocasión a miles de personas. Una vez incendidado el autobús, los radicales volvieron sobre sus pasos entre la gente y se adentraron de nuevo en el caso viejo de la ciudad. Algunas personas les recriminaron su actuación, aunque pudieron mezclarse entre el gentío sin que ninguno fuera identificado.

Al lugar se desplazaron los bomberos para sofocar el incendio y varios agentes de la Guardia Municipal, que colocaron un cordón de seguridad. Minutos más tarde, también se personaron agentes de la Ertzaintza, que no consiguieron realizar ninguna detención.

Este nuevo episodio de violencia callejera estaba perfectamente calculado. Los violentos aprovecharon que la zona no estaba vigilada por las fuerzas de seguridad. "Lo más extraño y preocupante es que aquí no hubiera ningún policía para evitarlo", se quejaba un ciudadano cuando el autobús seguía en llamas y una inmensa columna de humo se elevaba desde el Boulevard.

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Los dos ataques anteriores contra autobuses de San Sebastián se organizaron en circunstancias muy parecidas. El pasado 19 de agosto, en plenas fiestas de la capital guipuzcoana, se ensañaron contra un microbús, que quedó reducido a los hierros del chasis, y provocaron daños en los vehículos aparcados al lado. Y el 10 de septiembre, cuando en la Parte Vieja se congregaban miles de personas con motivo de unas regatas de traineras en La Concha, los violentos incendiaron a primera hora de la tarde un autobús urbano.

Cuando todavía el autobús era pasto de las llamas, los proetarras arrojaron cócteles contra un cajero automático del Banco Guipuzcoano ubicado en la confluencia de la calle Narrica y el bulevar, un lugar muy próximo al ataque anterior. Posteriormente fue atacado el edificio de la Comandancia de Marina, situado en la Parte Vieja.

300.000 euros

El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, se desplazó al lugar donde fue quemado el autobús y expresó su "hastío" por este nuevo ataque de kale borroka. Y dijo sentir "asco y vergüenza" de esta "gentuza que comete acto de este tipo contra la ciudadanía y contra el proceso de paz". El Ayuntamiento calcula que tendrá que gastar 300.000 euros en adquirir un autobús articulado para sustituir al incendiado.

Todos los partidos democráticos condenaron este nuevo ataque de los violentos. El delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, definió a los autores como un "grupo de fascistas, de enemigos de nuestro pueblo y de su libertad", y advirtió de que "quien practica la violencia y quien calla ante ella hace imposible avanzar en el camino de la paz y la libertad".

El vehículo incendiado en San Sebastián es el tercero que la Compañía del Tranvía, dependiente del consistorio, pierde a manos de los violentos desde el pasado mes de agosto. El pasado domingo, los violentos quemaron en Bilbao un autobús valorado en 180.000 euros. También incendiaron autocares en Azpeitia (Guipúzcoa) el pasado 5 de diciembre e intentaron, sin lograrlo, con otro vehículo en Algorta (Vizcaya) el 14 de septiembre.

"No se han dado pasos"

El coportavoz de la ilegalizada Batasuna Joseba Permach señaló ayer en una rueda de prensa en San Sebastián, horas antes de que se registrase el ataque contra un autobús, que "mienten" quienes aseguran que el proceso de paz va bien, después de la reunión entre enviados del Gobierno y ETA.

Permach consideró "una irresponsabilidad política" que determinados dirigentes afirmen que "hay nuevas condiciones y que el proceso es posible y avanza", para "intentar reflejar una realidad que no existe", ya que "no se ha dado ningún paso".

El dirigente abertzale añadió que el PSOE hace "filtraciones" dando a entender que la situación ha mejorado para "ocultar su responsabilidad" en la situación actual del proceso, que, para la izquierda abertzale, sigue siendo de crisis.

Permach tuvo palabras para el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien la víspera indicó que no había novedades "relevantes" sobre el proceso para el fin de la violencia y que éste se hallaba aún en la "fase preliminar". El dirigente independentista subrayó que "lo relevante sería dejarse de tanta palabrería y dar pasos claros para garantizar unas condiciones democráticas y poner cuanto antes en marcha la negociación multilateral que nos lleve a un nuevo marco".

Batasuna adelantó que su partido no confía en que de la cita de hoy entre Zapatero y Rajoy salga un "cambio relevante" en la postura del PP.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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