"La Guerra Civil española fue la guerra de los escritores de todo el mundo"
A Jean Lacouture se le iluminan los ojos cuando contesta a la pregunta de por qué los intelectuales se apasionaron con tanta fuerza por la Guerra Civil española. Con un verbo brillante y lúcido, el historiador y periodista francés, a sus 85 años de edad, responde sin vacilar: "La Guerra Civil española fue, sin duda alguna, la guerra de los escritores. No existe un conflicto que haya interesado tanto a los escritores e intelectuales de todo el mundo como aquella contienda, ni siquiera la II Guerra despertó tanta fascinación". Lacouture recuerda que el conflicto atrajo hasta España, entre 1936 y 1939, a autores de la talla de Pablo Neruda, Ernest Hemingway, George Orwell o André Malraux, entre muchos otros. "La flor y nata de los escritores de la época se dio cita en España", apostilla.
"La historia es muy caprichosa y las personas todavía lo son más, aunque siempre resulta interesante escuchar la peripecia de una biografía"
"Ya soy viejo para ejercer el periodismo, salvo para escribir artículos o columnas. En cambio, las biografías son una especie de periodismo histórico"
"Malraux percibió la guerra española como un campo de batalla entre el pueblo y el fascismo y se implicó a fondo en la defensa de la República"
Para muchos extranjeros, el conflicto representó la lucha de la República del pueblo contra el fascismo, un combate que suscitaba el romanticismo de los ideales democráticos en un ensayo general de lo que fue, poco más tarde, la II Guerra Mundial. Esa militancia antifascista estuvo en el origen de la llegada a España del escritor, piloto y político francés André Malraux, sobre el que Lacouture escribió una extensa biografía, publicada por la valenciana Institució Alfons el Magnànim en 1992. "Malraux percibió aquello", relata su biógrafo, "como un campo de batalla. Amigo del alma de José Bergamín y gran admirador de la cultura española, Malraux se implicó a fondo en defensa de la República".
Jean Lacouture (Burdeos, 1921) participó ayer en Madrid en una mesa redonda dentro del coloquio Los intelectuales franceses y europeos y la Guerra Civil española, organizado por la Embajada francesa y la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Estaba previsto que el seminario fuera inaugurado por el escritor y ex ministro de Cultura español Jorge Semprún, pero su estado de salud le impidió desplazarse desde París a Madrid. Las jornadas de debate serán clausuradas mañana por Juan Goytisolo. Lacouture, un vitalista y sonriente intelectual, con un carácter muy propio de los franceses meridionales, lo ha sido todo en el periodismo y en la literatura del país vecino, desde sus trabajos en Le Monde o Le Nouvel Observateur a sus biografías de De Gaulle, Ho Chi Minh o Champollion, pasando por sus ensayos políticos, siempre desde una actitud progresista y comprometida con los oprimidos.
A pesar de que su trayectoria como autor de biografías de referencia le haya granjeado la fama no sólo en Francia, sino también en otros países, Lacouture no piensa que este género literario pueda sustituir al ensayo histórico de fondo, es decir, no cree que el relato de una vida sirva para comprender toda una época. "La historia es muy caprichosa", confiesa durante la entrevista en la residencia del embajador francés, "y las personas todavía lo son más. Siempre resulta interesante escuchar la peripecia de una biografía de una persona relevante, pero de una sola vida no pueden extraerse conclusiones o lecciones de valor universal". Muy aficionado a los toros desde joven, Jean Lacouture emplea una metáfora taurina para describir el curso de los acontecimientos: "La historia es un toro que siempre cornea de improviso y por detrás". Se muestra sorprendido por el carácter imprevisible de la historia durante las últimas décadas y alude a los asombrosos cambios que ha vivido el mundo desde el final de la guerra fría. Cuando compara las historias recientes de Francia y de España, define la primera como "una sucesión de mareas y de altibajos", y la segunda como "el tránsito de la noche a la luz".
Situado entre el periodismo y la literatura a lo largo de su carrera, Lacouture califica la tarea del informador como una profesión para jóvenes y explica que comenzó a escribir biografías como una prolongación de su oficio original. "Las primeras biografías", señala, "las dediqué a gente que conocía, como si fueran largas entrevistas. Más tarde abordé libros sobre figuras históricas como Montaigne o Champollion que me parecieron proyectos interesantes y desafiantes. En realidad, ahora ya soy viejo para ejercer el periodismo, salvo para escribir artículos de opinión o columnas. En cambio, las biografías son una especie de periodismo histórico". Declara que si tuviera 10 años menos se embarcaría en contar la vida de Nelson Mandela, que le parece una de las personalidades más imponentes de todo el siglo XX. "Pero aparte de las limitaciones de mi edad", afirma, "me encuentro también con mi desconocimiento de la historia contemporánea de Suráfrica y con mi limitado dominio del inglés". Entre los españoles sobresalientes y dignos de una buena biografía, Lacouture destaca en primer lugar al rey Juan Carlos I, "un monarca que ha prestado grandes servicios a su patria", y después a artistas como el pintor Francisco de Goya, el músico Manuel de Falla o el torero Antonio Ordóñez. "He de reconocer", cuenta, "que debo a los españoles un libro sobre los últimos años de Goya, que pasó en Burdeos, mi ciudad natal. Pero, desgraciadamente, no he podido escribirlo y ya no creo que pueda hacerlo".
Su biografiado favorito, sin embargo, no es ni un político ni un artista. Se trata del egiptólogo Jean-François Champollion, que, en opinión de Lacouture, "tuvo una vida muy rica e intensa y no mató a nadie". Trabaja sin reposo este Lacouture, que aconseja como receta para mantenerse intelectualmente joven tener proyectos y plantearse preguntas. Sigue fiel a su fórmula y, en la actualidad, prepara por las mañanas un libro sobre las relaciones entre el rey Luis XIV y Molière y, por las tardes, escribe un ensayo sobre la guerra de Argelia y el fin de Francia como potencia colonial. Incansable, en verdad, este Jean Lacouture.
EL PAPEL DE LOS INTELECTUALES EUROPEOS EN LA CONTIENDA ESPAÑOLA
- Alrededor de 1.600 novelas se han escrito en todo el mundo sobre la Guerra Civil española.
- Jean Lacouture, Annie Cohen-Solal, Jean Ristat, Serge Fauchereau, Juan Goytisolo, Juan Manuel Bonet, Santos Juliá, José Carlos Mainer y Valentine Cunningham son algunos de los participantes en las jornadas organizadas por la Embajada francesa y la UNED.
- "El propósito de las jornadas es intentar entender por qué tantos intelectuales se implicaron tanto en el drama español, y algunos incluso tanto como para arriesgar sus vidas o para hacer de la Guerra Civil un tema recurrente, casi obsesivo, de su pensamiento", dice la directora del Instituto Francés de Madrid, Martine Segonds-Bauer.
Babelia
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