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Condenados a 20 años de prisión los etarras que atentaron contra Madina

Los etarras Iker Olabarrieta y Asier Arzalluz han sido condenados a 20 años de prisión como autores del atentado que, por medio de una bomba lapa, fue cometido contra el ex dirigente de las Juventudes Socialistas y actual diputado del PSOE Eduardo Madina, el 19 de febrero de 2002 en Sestao (Vizcaya). Madina, que era jugador de voleibol profesional, sufrió gravísimas heridas que le supusieron la amputación de la pierna izquierda y múltiples lesiones en la pierna derecha y otras partes.

El fallo condena también a ambos terroristas a no acercarse a la víctima y su familia, a no comunicarse con ella y a no volver al lugar del delito o al de residencia de Madina o sus familiares durante cinco años después de cumplir su condena. Olabarrieta y Arzalluz deberán indemnizar a Madina con tres millones de euros.

El tribunal, además, ha condenado a tres años de prisión a Gaizka Olabarrieta, primo de Iker, y a Gorka Aztiria por un delito de encubrimiento, ya que ayudaron a Iker y a otro miembro del talde Urbasa a huir cuando eran buscados por la policía.

Txeroki en el comando

La sentencia declara probado que la dirección de ETA ordenó al comando K-Olaia a principios de 2002 que matase al entonces secretario de política institucional de las Juventudes Socialistas, Eduardo Madina.

El K-Olaia estaba integrado por Asier Arzalluz, el actual jefe militar de ETA Garikoitz Aspiazu, Txeroki, que se encuentra en rebeldía, e Idoia Mendizabal, presa en Francia. El grupo tenía dos comandos de apoyo, denominados Jata y Urbasa. Precisamente Arzalluz y Txeroki ordenaron al comando Urbasa, que ejecutara el atentado contra Madina. Iker Olabarrieta era miembro del Urbasa, junto con Eneko Bilbao, que ha sido detenido en Francia la semana pasada, y Alexander Akarregi, detenido en Holanda.

Según la sentencia, la noche anterior al atentado, los miembros del Urbasa colocaron "un artilugio explosivo compuesto por una cantidad no inferior a 500 gramos ni superior a un kilogramo de trinitrotolueno (TNT) y otros nitroderivados", activado por una ampolla de mercurio para cerrar el circuito.

La sentencia precisa que la colocación del artefacto, demasiado a la izquierda, evitó la muerte de Eduardo Madina.

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