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Parlamentarios de López Obrador y Calderón se enfrentan a golpes en la Cámara de Diputados

Los representantes del PRD trataron durante más de ocho horas de ocupar la tribuna

El Palacio Legislativo de San Lázaro, sede de la Cámara de Diputados de México, se convirtió ayer en un cuadrilátero de boxeo, donde congresistas del oficialista Partido Acción Nacional (PAN) intercambiaron insultos y puñetazos con los del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), que lidera Manuel López Obrador. Los graves incidentes de ayer son un mal presagio para la toma de posesión del presidente electo, Felipe Calderón, prevista en el mismo escenario el viernes, y que el PRD esta dispuesto a boicotear a toda costa. Varios diputados rodaron aparatosamente por las escaleras de acceso a la tribuna de oradores, y el perredista Alberto López tuvo que ser evacuado del salón de sesiones en silla de ruedas.

Los enfrentamientos comenzaron cuando diputados del PAN ocuparon la tribuna de oradores para impedir que los parlamentarios del PRD hicieran lo propio. Los primeros formaron una valla humana que impedía el acceso a la tribuna. Algunas emisoras de radio habían advertido de las intenciones de los legisladores perredistas de ocupar el recinto parlamentario con vistas a impedir el normal desarrollo de la jornada del viernes. Los diputados panistas actuaron con celeridad y se adelantaron a sus adversarios. De los insultos pasaron a los golpes, con las consecuencias reseñadas.

Los llamamientos del presidente de la Cámara, Jorge Zermeño (PAN), para que sus señorías regresaran a sus escaños fueron infructuosos. Los coordinadores de los dos grupos parlamentarios intentaron negociar sin ningún resultado. Ante la falta de acuerdo y con la tensión en aumento, el portavoz del PRD, Javier González Garza, amenazó: "De ser necesario, nos vamos a quedar aquí hasta el 2 de diciembre".

Anoche, a las dos de la madrugada en España (ocho de la tarde en México) los parlamentarios de ambos partidos continuaban sin deponer su actitud.

Los diputados panistas permanecían impertérritos en la tribuna de oradores, y a su vez los del PRD improvisaron pequeñas pancartas con frases como "1988-2000 ¿Otro usurpador?".

Todos los accesos al salón de sesiones a la Cámara de Diputados permanecían cerrados. El personal de seguridad sólo permitía la salida, pero no el reingreso de la gente que estaba en el interior de dicho salón.

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