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Una vecina de Parla encuentra cinco obuses alineados entre dos coches

La policía desalojó los comercios cercanos ante el riesgo de explosión

F. Javier Barroso

Extraño hallazgo el que hizo una vecina de Parla la noche del pasado sábado. La mujer, cuya identidad no ha sido facilitada, se topó con cinco obuses perfectamente alineados entre dos coches en el centro de esta localidad del sur de la región. Agentes especializados en desactivación de explosivos (Tedax) se hicieron cargo de los artefactos para comprobar en qué año fueron fabricados y cuál es su composición exacta, según informó ayer una portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los hechos ocurrieron a las 19.30 del pasado sábado, cuando una mujer caminaba por la calle de Guadalajara, que se encuentra muy cerca de la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de la localidad. La vecina de Parla se quedó muy sorprendida al ver los cinco artefactos perfectamente alineados entre dos coches estacionados en esa vía. Los obuses, de color acero y con signos de ser antiguos, estaban sobre la calzada, junto a la acera, según varios testigos.

La mujer avisó de inmediato al teléfono de emergencias 091 del Cuerpo Nacional de Policía. Los primeros en llegar fueron los agentes de un coche patrulla, que, ante la gravedad de los hechos, decidieron acordonar la zona y evitar que pasaran más viandantes por la zona.

Asomado a la ventana

"Fue todo muy sorprendente. Mi marido estaba viendo el fútbol y se asomó a la ventana para ver si estaba lloviendo esa tarde. En ese momento, se dio cuenta de que todo estaba lleno de coches de policía y que la calle estaba acordonada. En cuanto nos vio un policía, nos dijo que nos metiéramos en casa y que no saliéramos en ningún momento. Le preguntamos si teníamos que desalojar el edificio y que si corríamos algún tipo de peligro. Nos dijo que no, que no era necesario", comentó otra vecina de la calle de Guadalajara.

Peor suerte vivieron los comercios que estaban abiertos junto al lugar donde fueron hallados los proyectiles abandonados. Todos los establecimientos tuvieron que cerrar ante el riesgo de que pudiera explosionar alguno de los artefactos hallados en la vía pública.

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Los primeros agentes que llegaron informaron a la central, tras inspeccionarlos, de que podía haber al menos dos obuses sin percutir. "Yo oí cómo un policía decía que él no los tocaba, que como mucho le hacía una foto y se la enviaba. Pero vamos, que no se acercaba a esos proyectiles", comentó la testigo.

Ésta señaló, en declaraciones a la cadena SER, que esos proyectiles no estaban allí al mediodía, cuando pasó ella por la zona.

Ante la peligrosidad de los hechos, los investigadores de la comisaría de Parla llamaron a los especialistas del grupo de explosivos, Tedax. "Llegó una furgoneta blanca, que no llevaba ningún cartel de policía, y se bajaron tres personas que iban vestidas de paisano. Hicieron una fotografía del lugar: el flash pegó un resplandor tan fuerte que iluminó toda la calle. Los proyectiles eran como viejos, como si tuvieran mucho tiempo".

Los Tedax recogieron los obuses y los metieron en la caja de cartón. Después fue levantado el cordón policial y la calle fue reabierta de nuevo al tráfico.

Eran cerca de las ocho y media de la tarde. Los cinco proyectiles encontrados fueron llevados a la sede de los Tedax, en la capital, donde serán analizados para detallar su composición y antigüedad. Según fuentes policiales, se trata de cinco proyectiles con una medida de 40 centímetros de alto por 20 de grosor. Aún está pendiente su estudio detallado.

Proyectiles de guerra

La Comunidad de Madrid es una zona que está plagada de proyectiles procedentes de la Guerra Civil. En los últimos años los hallazgos de estas bombas han salpicado las páginas de los periódicos. De hecho, la Guardia Civil, que se encarga del control de las armas y explosivos, alertó en abril de 2000 de la peligrosidad de manipular estos artefactos cuando eran hallados.

Dos semanas antes, resultó herido un vecino de Morata de Tajuña que encontró un proyectil gracias a un detector de metales. El último hallazgo en la capital se remonta a agosto de 2001, cuando dos conserjes de la calle de Francisco Suárez (Chamartín) hallaron tres bombas de la Guerra Civil. Una de ellas medía un metro y la otra unos 30 centímetros. En Getafe y los alrededores de Cuatro Vientos también son frecuentes este tipo de hallazgos.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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