Alternativa a la asignatura de religión
Menos mal que vivimos en un país aconfesional que permite que la enseñanza pública de nuestros hijos, de 6 a 12 años, sea todo un alarde de concordia entre distintas creencias y fe. Menos mal que la alternativa a la religión (católica) se ha convertido en una auténtica asignatura donde se explica y desarrolla el buen uso de los valores humanos, que, sin carga doctrinal, llevamos dentro.
¡Ah! Que no me entero de nada: ahora la alternativa de la religión (católica) podrá ser una hora de libre albedrío de nuestros hijos y los centros públicos no están obligados a impartir dicha enseñanza. Bueno, esa hora la dedicaré a explicarle a mi hija que este país pese a ser aconfesional católico, siempre cuida la educación de nuestros hijos y sabe lo que es mejor (sin pensamientos únicos). Que no hay proselitismo en las conductas docentes y que, la izquierda, siempre, siempre, encuentra un camino a la derecha. En fin...