La libertad suma, pero cuesta
Libertad no es un concepto abstracto ni relativo: es un espacio que se consolida cuanto más espacios se unen. Pero siempre hay quien quiere restar, bien sea por convicciones religiosas "sabedoras" de respuestas y verdades trascendentes (extremismos islámicos, cristianos o de cualquier otra índole), o por ideologías totalitarias, y es por ello por lo que hemos de recordar el tortuoso camino recorrido hasta llegar a la situación de libertad actual y a la gente que quedó en el camino por defenderla. Y eso es lo fundamental, no olvidar de dónde venimos y dónde estamos.
Europa ha tenido que pasar por inquisiciones, absolutismos, despotismos, fascismos, comunismos, guerras de religión, guerras revolucionarias, santas alianzas, ententes, guerras mundiales, guerras más o menos frías, hasta por fin llegar a las sociedades más libres y seguras que ha conocido la historia de la humanidad, y estas conquistas no deben ceder ni un ápice de terreno frente a las amenazas de quienes pretenden salvarnos, convertirnos o iluminarnos.
Y en esta defensa no sólo ha de estar el Estado, sino también y muy firmemente la sociedad civil, que es la que sufriría las consecuencias de cualquier retroceso democrático.