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Reportaje:

Chile investiga a agentes de Pinochet por la muerte de Frei

Las sospechas apuntan a que el ex presidente fue envenenado en 1981 durante una operación de hernia

Las sospechas de que intervinieran agentes de la dictadura de Pinochet en la muerte del ex presidente Eduardo Frei Montalva han aflorado casi un cuarto de siglo después de que éste muriera en una clínica privada por una crisis séptica posoperatoria. El Senado ha pedido a la Corte Suprema que acelere la investigación del juez Alejandro Madrid, tras la querella presentada por la familia del ex jefe de Estado chileno.

Aunque el magistrado no ha abierto nuevas diligencias, el sumario apunta al uso de armas químicas y bacteriológicas por los aparatos represivos de la dictadura para eliminar opositores, y la investigación, que tiene 12 tomos y más de 3.000 páginas, ha arrojado nuevas luces sobre otros crímenes. El caso Frei ha desatado polémica en el equipo médico que lo atendió, ha revelado irregularidades en la autopsia, y el Colegio Médico ha pedido un informe para esclarecer las contradicciones. Pero el tiempo transcurrido lo hace difícil. Frei murió el 21 de enero de 1982.

Al funeral del político asistieron miles de personas, y el dictador fue abucheado

Todos coinciden en la gravedad de que el caso fuera un crimen, o incluso que fuera por infección o negligencia. El ministro del Interior, Belisario Velasco, ha afirmado que "algo puede haber sucedido, hay algunas evidencias, hay conjeturas, pero yo no tengo, ni el Gobierno tiene, ninguna prueba contundente". El también ex presidente Eduardo Frei Ruiz Tagle, hijo del fallecido, sostiene tener la "convicción moral" de que hubo "manos extrañas" en el caso.

Frei es la principal figura que ha tenido la democracia cristiana chilena y el primer presidente que tuvo este partido. Abogado, cercano a Washington, gobernó entre 1964 y 1970 ofreciendo una "revolución en libertad", encabezó la oposición contra su sucesor, el presidente socialista Salvador Allende (1970-1973), justificó inicialmente el golpe militar, para después pasar a la oposición. Se puso al frente de la campaña contra la Constitución de 1980, que el régimen aprobó en un plebiscito fraudulento y retó a Pinochet a un debate. "Era un blanco para la dictadura, cuyos agentes lo seguían y vigilaban", dice el abogado Álvaro Varela, que representa a la familia Frei.

En 1981 selló su destino al operarse en Chile de una hernia de hiato, desoyendo los consejos de que lo hiciera en EE UU. La primera intervención, el 18 de noviembre, en la clínica Santa María, la practicó el médico Augusto Larraín, y días después recibió el alta. A finales de ese mes Frei tuvo dolores y vómitos y, en ausencia de Larraín, otros facultativos dictaminaron obstrucción intestinal. Operado tres veces más, se le extirparon 40 centímetros de intestino. Frei murió el 21 de enero de 1982, a los 71 años. Al funeral asistieron miles de personas y Pinochet fue abucheado. Aunque amigos advirtieron a la familia de que "lo querían envenenar", pocos creyeron en la intervención de terceros.

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Sólo con la llegada de la democracia empezaron a surgir evidencias. Varela maneja dos hipótesis, "no certezas", advierte. La primera: que Larraín, cuestionado por colegas intervinientes en las otras operaciones, dijo que "manos negras" pusieron en "su" quirófano "un agente químico externo", probablemente en los apósitos. En el sumario, un ex agente contó haber escuchado que a Frei le habían colocado una gasa envenenada. La segunda: que un médico de la inteligencia militar entró varias veces a la habitación de Frei sin dejar registrada su visita, una pista que lleva a los aparatos represivos.

La autopsia estuvo llena de irregularidades. Médicos de otra clínica la practicaron a puerta cerrada, usaron una escalera para colgarlo cabeza abajo y vaciar los líquidos del cuerpo y se llevaron los órganos en bolsas donde apuntaron N. N. y no el apellido. Las muestras se perdieron y el informe de la autopsia se escribió por ordenador, aparato del que carecía la clínica. La familia sólo se enteró 20 años después de la autopsia y afirman que no la autorizaron.

Uno de los médicos que estuvo en la clínica, democristiano y ex ministro de Defensa del Gobierno de Patricio Aylwin, Patricio Rojas, descarta estas versiones y pone en duda la pericia de Larraín. Sostiene que todo es una "conjetura en cadena, iniciada por personas que, en su momento, después de la muerte de Frei, creyeron ver cosas que no había visto nadie". La réplica de una de las hijas del ex presidente, Carmen Frei, que está convencida de que su padre a lo asesinaron, fue ácida: "¿A quién está él protegiendo?". El juez Madrid deberá resolver el enigma.

El presidente chileno Eduardo Frei Montalva, que gobernó entre 1964 y 1970.
El presidente chileno Eduardo Frei Montalva, que gobernó entre 1964 y 1970.ANTONIO GABRIEL

Una clínica con trapos sucios

En el centro de las pesquisas sobre la muerte de ex presidente Frei se sitúa la Clínica London, investigada por su implicación en el asesinato en 1977 con gas sarín de un ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional chileno (DINA), el cabo Manuel Leyton. De propiedad de la DINA y después del DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército), la Clínica London (ex Clínica Santa Lucía) fue usada para asesinar detenidos desaparecidos que después eran arrojados al mar. Tres médicos de la London estaban en la Clínica Santa María donde Frei fue operado, y uno entró varias veces a la habitación del ex presidente.

El hilo conductor en la aplicación de sustancias tóxicas por los aparatos de seguridad es el asesinado químico de la DINA Eugenio Berríos, que fabricó el gas sarín usado contra Leyton. Testigos también sostienen en la investigación del juez que se usó este gas contra el diplomático español Carmelo Soria, asesinado por la DINA en una casa donde Berríos fabricó el gas sarín. En el caso Soria, en el que está amnistiado, Madrid investiga una asociación ilícita y obstrucción a la justicia. A un grupo de presos del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) los envenenaron con la toxina del botulismo que Berríos introdujo en conservas a la cárcel.

Hay conexiones de Berríos con el caso del ex presidente. La versión de un ex agente sobre la gasa en el cuerpo de Frei indica que la preparó el químico. La policía halló en la habitación del experto en el domicilio de sus padres, donde éste vivió mucho tiempo, una carpeta con recortes de prensa sobre la progresión de la infección de Frei, el envenenamiento en la cárcel con toxinas y el uso de gas sarín.

El químico fue asesinado y ya no puede declarar, pero sí Augusto Pinochet, que ordenó al DINE sacarlo del país. "Las piezas del puzzle se están armando", afirma Varela.

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