Alonso recurre a una docena de escoltas de ediles para proteger el inicio de las fiestas
El alcalde recibió el impacto de dos huevos en la cara mientras esperaba el chupinazo
El alcalde de Vitoria, el popular Alfonso Alonso, se vio obligado ayer a recurrir a una docena de agentes de confianza de la Policía Municipal que prestan servicio como escoltas de ediles para garantizar la seguridad en el inicio de las fiestas de la ciudad. La mayoría de los policías decidieron el jueves en asamblea protestar por sus condiciones laborales no presentándose como voluntarios para reforzar la seguridad de los actos festivos, el primero de ellos el desfile de Celedón por una Plaza de la Virgen Blanca abarrotada por más de 40.000 personas. En 2005, varios agentes acabaron lesionados en ese acto. Celedón no sufrió ayer daños, pero el alcalde recibió el impacto de dos huevos en la cara mientras aguardaba el chupinazo.
Al menos una docena de escoltas que trabajan en el consistorio protegieron esta vez a Celedón, encarnado por Gorka Ortiz de Urbina, durante su recorrido por la plaza y la subida a la balconada de la iglesia de San Miguel, acto que abre las fiestas. El alcalde resolvió así el desafío que le había lanzado el sindicato nacionalista ELA, principal promotor de la protesta de los policías.
La de ayer fue, con todo, una de las subidas más rápidas que se recuerdan. En 2005, un agente sufrió fractura de muñeca, otro de cartílago nasal y un tercero una contusión en el hueso temporal, además de ser rociados con aerosoles con gas lacrimógeno. Los escoltas no tuvieron que emplearse a fondo y, salvo dos momentos en que arreciaron los empujones, Celedón hizo el recorrido sin mayores problemas y ninguno de los policías que le protegían resultó dañado.
Quien lo pasó peor esta vez fue el propio Alonso. Seis minutos antes de las seis de la tarde, hora de comienzo de los festejos, el alcalde se asomó a la balconada, justo sobre la bandera de la ciudad, y comenzó la lluvia de objetos. Se quedó frente a la multitud, desprotegido, aunque rodeado por escudos transparentes tras los que se parapetaban el resto de concejales e invitados. Dos huevos le alcanzaron directamente en la cara, pese a lo cual se mantuvo firme ante las más de 40.000 personas que vociferaban ante el inicio de las fiestas.
Entre los objetos arrojados a la balconada, la policía halló después una pelota de golf. La Ertzaintza identificó a tres menores de edad a los que imputo, aunque sin llegar a arrestarlos, cuando portaban una caja de huevos que presumiblemente tenían previsto lanzar contra las autoridades presentes en el acto.
Por la mañana, el primer edil había responsabilizado a ELA de los posibles problemas que se puedan registrar en las fiestas por las movilizaciones de los agentes. Alonso, quien no adelantó el tipo de protección que iba a tener el símbolo de La Blanca, sí recalcó que sería suficiente para garantizar su seguridad. Para el alcalde, ELA quiere "alborotar y causar problemas permanentemente con cualquier excusa". La central nacionalista, mayoritaria en el comité de empresa del consistorio, se negó a firmar el pasado mes de julio el nuevo convenio colectivo, lo que sí hicieron CC OO y Afavi. Esta última central independiente sí apoya las protestas de los policías locales.
Las declaraciones de Alonso despertaron el malestar en ELA. Su portavoz en el comité de empresa, Roland Estébanez, destacó que su sindicato ha hecho numerosos llamamientos a la calma y, desde luego, no ha convocado ninguna movilización para que sus compañeros sean golpeados. "Hemos pedido que se arregle el problema, pero éste es un conflicto abierto desde junio. Las acusaciones no vienen a cuento", dice.
Las principales reivindicaciones de los policías son contar con más medios y recibir cursos de especialización y formación.
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