El alcalde inaugura la plaza de toros, su primera gran obra en siete años
El alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso, inauguró ayer la nueva plaza de toros de la ciudad, la principal edificación pública que ha emprendido el Ayuntamiento en los siete años de mandato del primer edil popular. Lo que será un espacio multiusos cuenta con todos los permisos correspondientes, pero necesita todavía seis meses más de obras para concluir la instalación de la cubierta y los remates finales.
Alonso se mostró exultante en un acto al que acudieron más de mil invitados. Los concejales de tres de las formaciones de la oposición (PNV, EA y EB) se negaron expresamente a acudir a la inauguración. Sí asistieron, en cambio, el portavoz municipal del PSE, Patxi Lazcoz, y otros ediles socialistas, pese a que su partido también ha censurado la urgencia con que se han llevado las obras para que se pudieran inaugurar en estas fiestas.
El coso cuenta con un ruedo de 45 metros de diámetro, cinco corrales, diez chiqueros, una báscula electrónica para pesar a los toros, un desolladero con cámara frigorífica, quirófano, sala de curas y reanimación y capilla.
Respecto a la gestión del nuevo espacio multiusos, el alcalde explicó que será en otoño cuando se diseñe la programación de esta nueva infraestructura cultural. El arquitecto responsable de la obra, Diego Garteiz, explicó que en la actualidad "hay posiblidades técnicas para resolver la acústica de este tipo de recintos con el fin de que puedan acoger conciertos y otros espectáculos".
Con la plaza que se estrenará mañana se abandona el viejo coso construido hace 126 años, obra del arquitecto Pantaleón Iradier. Podía albergar nada menos que a 11.000 espectadores, cuando Vitoria contaba entonces con 27.000 vecinos.
En la corrida del estreno, celebrada el 2 de septiembre de 1880, torearon los diestros Lagartijo y Angel Pastor, quienes lidiaron toros de la ganadería de Félix Gómez. En esta ocasión, el cartel inaugural lo conforman El Fandi, Sebastián Castella y Salvador Cortés, con reses del hierro de Ana Romero.
