Ocho empleados sufren radiaciones en el cierre de la central de Zorita
Ocho empleados de la antigua central nuclear de Zorita han recibido altas dosis de radiactividad, según denuncia la organización ecologista Greenpeace. Los hechos ocurrieron el 14 de mayo durante los trabajos que se están realizando para desmantelar la central.
Los operarios se disponían a retirar y cortar cables de instrumentación intranuclear en una especie de piscina con agua para evitar la radiación. Según Greenpeace, que ha recibido un informe de los trabajadores, en el habitáculo no había suficiente agua y parte de los cables quedaron expuestos al aire. La radiación fue suficiente para activar los sistemas de alarma en unos segundos y todos los que estaban cerca tuvieron que abandonar la zona.
Carlos Bravo, de Greenpeace, señala que el suceso es una muestra de la falta de cultura de seguridad en las centrales nucleares y asegura que la vida de los trabajadores puede haber corrido un serio riesgo. "Los empleados han sufrido una dosis de 10,1 mili-Sievert por persona", asegura Bravo, "unas tres veces más de lo previsto en este tipo de operaciones".
