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Reportaje:

Turquía vuelve a marcar el paso

Los militares encabezan la protesta contra el Gobierno islamista por el asesinato de un juez

Juan Carlos Sanz

Lo nunca visto en Turquía. Centenares de fieles arrojando monedas y botellas de plástico a cinco ministros. Era el funeral por el juez del Consejo de Estado asesinado celebrado el jueves en la blanca mezquita de Kocatepe, que emerge sobre los bloques grises de Ankara. Entre gritos de "Gobierno dimisión" y "Los mulás, a Irán", el titular de Justicia, Cemil Ciçek, recibió un puntapié antes de ser rescatado por sus guardaespaldas. En 82 años de República laica y otomana ceremoniosidad no se recuerda peor trato en un acto público a miembros del Ejecutivo turco.

El asesinato del magistrado Mustafá Yücel Ozbilgin a manos de un supuesto abogado integrista, que disparó a quemarropa el miércoles contra los miembros de la Sala Segunda del principal tribunal administrativo turco, parece marcar el declive de la popularidad del Gobierno de base islámico de Recep Tayyip Erdogan.

Las ceremonias de duelo por la muerte del juez, que congregaron el jueves a decenas de miles de ciudadanos ante el mausoleo de Mustafá Kemal, Atatürk, en Ankara, se convirtieron en manifestaciones de repulsa al Gobierno. Mientras los ministros eran abucheados en el funeral -Erdogan se encontraba fuera de la capital y no pudo oír los gritos de "¡asesino!" que le dirigían los fieles-, los jefes militares recibían los aplausos del público.

El general Hilmi Ozkok, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas -la institución que se proclama garante de los valores republicanos y laicos en Turquía-, declaró ayer a la agencia estatal Anatolia que celebraba la "reacción" de los ciudadanos ante el "acto terrorista integrista" contra el Consejo de Estado. Pero también les exhortó a que "no se trate de una acción aislada, sino de una respuesta permanente de todos".

El pañuelo islámico

Tras barrer en las legislativas de 2002 (en las que acaparó dos tercios de los escaños del Parlamento con apenas el 40% de los votos), Erdogan -pragmático antes que islamista- sentó a Turquía en la mesa de negociaciones para su adhesión a la UE después de 40 años de espera y renegoció sus deudas con el FMI. En poco más de dos años dio un vuelco al sistema legislativo turco y reformó la Constitución para reconocer la identidad cultural de la minoría kurda (una quinta parte de los 73 millones de habitantes de Turquía). Parecía tener el viento a su favor, pero se enredó en el vendaval político del pañuelo islámico.

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Todos los intentos del Gobierno por revocar la prohibición de que las mujeres que trabajan en la Administración o estudian en las universidades puedan cubrir su cabeza, como manda la ley coránica, se han estrellado contra el aparato laico del Estado, encarnado en este caso por los jueces del Consejo de Estado especializados en asuntos de educación. Entre los políticos turcos que mejor representan el laicismo asistió también al funeral de Ankara el ex primer ministro socialdemócrata Bulent Ecevit, de 81 años, que se debatía ayer entre la vida y la muerte tras sufrir un derrame cerebral poco después de la ceremonia.

Tampoco marchan bien las cosas para Erdogan en Bruselas. La UE amenaza ahora con suspender las negociaciones. "Turquía debe acelerar las reformas y cumplir sus compromisos [con Chipre]", advertía ayer el comisario para la Ampliación, Olli Rehn.

De izquierda a derecha, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Hilmi Ozkok; el presidente del Parlamento, Bülent Arinc, y el presidente de la República de Turquía, Ahmet Necdet Sezer, ayer en Ankara.
De izquierda a derecha, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Hilmi Ozkok; el presidente del Parlamento, Bülent Arinc, y el presidente de la República de Turquía, Ahmet Necdet Sezer, ayer en Ankara.AP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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