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Reportaje:EXTENSIÓN DE LA GRIPE AVIAR

Mutiara vuelve a la escuela

Una niña de siete años supera la gripe aviar en Indonesia tras permanecer dos meses hospitalizada

Hace cuatro meses, Mutiara Gayatri, una niña indonesia de siete años, yacía postrada en la unidad de enfermedades infecciosas del hospital Sulianti Saroso de Yakarta, afectada por el virus de la gripe aviar. Frágil, entubada, sin fuerzas para comer, luchaba para escapar a una enfermedad que se ha cobrado la vida de 90 personas (casi todas en el sureste asiático) desde que el virus letal resurgió a finales de 2003. "Esperamos que se recupere", decía entonces a este periódico Nani Juani, una de las enfermeras que atendía a la pequeña.

El pasado 11 de noviembre, Mutiara volvió con su familia, tras haber permanecido ingresada dos meses. Y también ha regresado a la escuela. "Está bien, pero cada mes tiene que ir al hospital a que le hagan controles. En lugar de Sulianti Saroso

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[el centro de referencia para la gripe aviar en Indonesia], los doctores nos han dicho que la llevemos a uno que está más cerca", explica por teléfono su padre.

Mutiara vivía en una casa baja de prefabricados de hormigón y techo de uralita en un barrio humilde de Kampung Cibodas, una población 30 kilómetros al oeste de la capital. En su familia no había pollos, ni patos, ni palomas o pájaros como los que emplean de animales de compañía muchos indonesios. Pero sus vecinos sí tenían. Y es allí, entre las jaulas de madera y los corrales caseros, entre los callejones salpicados de basura en los que deambulaban las gallinas, donde los médicos creen que pudo resultar infectada.

Tras enfermar la pequeña, las autoridades sanitarias vacunaron a todos los pollos del barrio; pero la familia tuvo que alquilar su vivienda y se mudó a casa de los abuelos, situada a medio kilómetro, porque los vecinos tenían miedo a resultar contagiados.

Y en casa de los abuelos siguen por razones económicas. "Mutiara continúa con problemas de malnutrición, por lo que debe seguir controles mensuales y tomar medicación", explica el doctor Ilham Patu, del hospital Sulianti Saroso. "El problema es que estos chequeos tenemos que pagarlos, al igual que las medicinas", afirma el padre de la niña. "Por eso no hemos podido volver a nuestra casa".

Pollos en el suelo

La mayoría de los infectados por el virus H5N1 en Indonesia son habitantes de las zonas urbanas, donde muchos ciudadanos viven en estrecho contacto con las aves. A ello se suman las pobres condiciones higiénicas en los mercados, donde, a menudo, los pollos son sacrificados, desplumados y descuartizados en el suelo, junto a aguas residuales.

Es el caldo de cultivo perfecto para el virus. Hasta tal punto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una severa advertencia sobre el peligro que representan estos lugares tras una reciente visita de inspección de una semana. El organismo asegura que en los mercados de Indonesia -el cuarto país más poblado del mundo- hay un alto riesgo de transmisión del patógeno de animales a animales, y de animales a humanos.

"En los mercados tradicionales, existe una alta densidad de aves en contacto muy cercano con las personas, y una alta exposición de los humanos a los fluidos corporales, la sangre y las heces de las aves", señala el informe. En muchos puestos, los dependientes utilizan agua sucia o de desagües para lavar los productos y los mostradores.

La OMS ha hecho algunas recomendaciones al Gobierno indonesio para que modifique su plan de lucha contra la gripe aviar. Como que se centre más en el control de los brotes existentes y en los preparativos para el caso de que estalle una pandemia. El organismo afirma que el grado de exposición a las aves de vendedores, carniceros y clientes en los mercados demuestra que el nivel de concienciación sobre la enfermedad, las vías de contagio y las formas de prevenirla es muy bajo. Un total de 18 personas ha fallecido en Indonesia por la enfermedad, sobre un conjunto de 23 afectados. Las últimas víctimas mortales han sido dos mujeres de 20 y 22 años vecinas de una localidad cercana a Yakarta, los días 9 y 10 de febrero.

La ministra de Sanidad, Siti Fadilah Supari, ha asegurado que la situación en el país -donde, según dice, casi todas las provincias han detectado aves infectadas- sigue siendo "muy preocupante".

Los expertos temen que Indonesia se convierta en el eslabón débil de la lucha contra una posible pandemia. Yakarta respondió el pasado diciembre a la amenaza con un plan para los próximos tres años. Pero, según Supari, a pesar de él, el Gobierno "tiene aún dificultades" para imponer la separación entre las zonas residenciales y las de cría de aves. Zonas como en la que vive Mutiara, donde pollos, patos y gallinas forman parte de la vida diaria de muchas familias.

Mutiara recibe los cuidados de una enfermera cuando todavía era presa de la gripe.
Mutiara recibe los cuidados de una enfermera cuando todavía era presa de la gripe.J. R.

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