Un guardia urbano en coma tras un enfrentamiento con 'okupas' en Ciutat Vella
La fiesta ilegal organizada por un colectivo 'okupa' congregó a 1.200 personas
Una gran fiesta nocturna ilegal organizada por jóvenes de un colectivo okupa acabó en tragedia. Un guardia urbano está en coma y su estado es muy grave. Tres compañeros suyos también resultaron heridos, a consecuencia de la batalla campal que se produjo en plena calle, a primera hora de ayer en Ciutat Vella.
Los hechos se produjeron frente al número 55 de la calle de Sant Pere més Baix. Esta enorme finca, que antaño fue un convento y un centro cultural, quedó abandonada hace más de 10 años. Desde hace unos cinco, un grupo de jóvenes okupas ha convertido este edificio en su guarida para celebrar macrofiestas. La noche del sábado al domingo, se concentraron allí unas 1.200 personas pese a que la policía municipal precintó el local el viernes por la noche.
Los altercados empezaron a las seis de la mañana. Por un lado, los guardias urbanos fueron atacados por una treintena de jóvenes que se encontraban en la calle, y a los que los propios okupas no habían dejado entrar. Mientras tanto, los que se encontraban en el interior del edificio empezaron a arrojar todo tipo de objetos, como piedras, barras de hierro o macetas, a los policías. El resultado: un agente, de 39 años, está en la UCI, tras recibir el impacto de una piedra. Fuentes municipales denunciaron ayer que la agresión fue "premeditada".Una de las fiestas privadas ilegales que desde hace años organiza un colectivo próximo al movimiento okupa en el número 55 de la calle de Sant Pere més Baix de Ciutat Vella, en Barcelona, acabó ayer en una batalla campal con la Guardia Urbana. El resultado de los enfrentamientos: cuatro policías heridos. Uno de ellos, J .S. D., de 39 años, muy grave. Está ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Clínico de Barcelona y los médicos le han diagnosticado traumatismo craneoencefálico y una fractura en la base del cráneo. El agente recibió diversos impactos, entre ellos el de una piedra, que le causó el traumatismo.
Los hechos se iniciaron ayer a las seis de la mañana. Un grupo de 30 personas que se encontraba en plena calle, ya que los organizadores de la fiesta privada no les habían permitido acceder a ella, se enfrentaron con una patrulla de la Guardia Urbana formada por cuatro agentes que se encontraba allí con el propósito de prevenir conflictos y atender las quejas de los vecinos, que habían protestado por el ruido. De hecho, la policía municipal precintó el edificio el viernes a las diez de la noche para evitar la fiesta ilegal. Los organizadores hicieron caso omiso de las prohibiciones y la fiesta se celebró, como venían haciendo cada fin de semana en los últimos meses. Asistieron unas 1.200 personas, según la Guardia Urbana.
Mientras tanto, desde el interior de la casa empezaron a lanzar todo tipo de objetos a los policías: barras de hierro, piedras, macetas... Los jóvenes de la calle también les lanzaron piedras. Los refuerzos llegaron y finalmente fueron detenidos nueve jóvenes de entre 20 y 31 años, entre ellos el autor de la agresión al policía. Por la tarde, los agentes procedieron a desalojar el edificio y lo volvieron a precintar.
Los vecinos del barrio de Sant Pere se han hartado de soportar durante los últimos meses, cada fin de semana, los ruidos y disturbios que ocasionan las fiestas ilegales. "La fiesta empieza el viernes por la noche y no acaba hasta el domingo", explicó Maria Pilar Fàbrega, que trabaja en una peluquería de la calle de Mònec. "Luego, por la mañana, la calle está llena de orines, excrementos, latas y botellas de cerveza", detalló. "Los fines de semana descarga un camión lleno de bebidas", afirmó José Luis Rojo, empleado de una tienda de tejidos y retales. "Cada fin de semana hay disturbios y desorden", resumió Félix Palomo, que trabaja en la frutería emplazada en los bajos del inmueble okupado.
"Hace meses que estamos esperando el desalojo, pero nunca llega", dijo Cèlia Cañas, propietaria de una tienda de zapatos. "Hace semanas que nos dicen que la orden judicial para desalojar el edificio llegará, pero aún la estamos esperando", aseguró. El Ayuntamiento expropió el edificio en noviembre de 2005 con el propósito de destinarlo a equipamientos como una guardería o una escuela de adultos.
"Estamos cansados de llamar y llamar sábados y domingos a la guardia urbana", dijo Cèlia Cañas, que lamenta el deterioro del edificio. Cèlia aún recuerda cuando, hasta hace poco más de 10 años, acogía la sede de la Peña Cultural Barcelonesa. Desde entonces y hasta la fecha ha acogido la Anarko Peña Cultural.
La oposición municipal ha aprovechado este episodio para criticar al tripartito. El líder de CiU en el consistorio, Xavier Trias, denunció la "permisividad" del consistorio con los okupas instalados en la finca. "El mal ya está hecho; como siempre, el Gobierno tripartito reacciona tarde", aseguró.
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