PSC y CiU apremian al Gobierno para que presente su modelo de financiación

Convencidos de que el éxito o el fracaso del proceso de reforma estatutaria de Cataluña dependerá del modelo de financiación que se acabe acordando, Convergència i Unió (CiU) y el PSC urgieron ayer al Gobierno del PSOE a que haga pública su propuesta en este sentido para fijar el marco de la negociación. El PSC considera que el Ejecutivo debería fijar su posición antes de fin de año. Mientras tanto, el presidente de la patronal catalana Fomento del Trabajo, Joan Rosell, pidió revisar el contenido del nuevo Estatuto y reclamó "solidaridad" ante el boicoteo que sufren algunas empresas de Cataluña.

A las puertas de una semana que se prevé rica en reuniones para acelerar la negociación estatutaria, los socialistas catalanes y CiU coincidieron ayer en lanzar un mensaje muy claro al Gobierno del PSOE. Al Ejecutivo central se le acaba el tiempo para explicar qué sistema de financiación defiende para Cataluña. Los nacionalistas exigieron al Gobierno que esta contraoferta llegue pronto "y por escrito". Los socialistas catalanes, en cambio, se limitaron a pedir al PSOE que ponga las bases para que "antes de fin de año se pueda visualizar un principio de acuerdo en la negociación estatutaria". El portavoz del PSC, Miquel Iceta, remarcó que en este principio de acuerdo "también debe figurar la financiación".

Y es que los partidos catalanes, incluido el PSC, no acaban de fiarse de un Ejecutivo central que se resiste a poner en negro sobre blanco qué opina y qué puntos quiere modificar de la propuesta de financiación que figura en el proyecto de reforma del Estatuto aprobado por el Parlamento catalán. En el caso de los nacionalistas, la desconfianza es tal que el portavoz de CiU en el Parlamento autonómico, Felip Puig, tildó de "apreciación voluntarista y sin fundamento" la intención del PSC de alcanzar un preacuerdo antes de tres semanas. "Todavía no conocemos qué plantea el PSOE sobre buena parte del Estatuto", recordó.

Las formaciones catalanas tampoco se ponen de acuerdo sobre la estrategia negociadora en Madrid. CiU, concretamente, sigue sin aceptar la propuesta del tripartito de celebrar una reunión a cuatro con el PSOE si antes no conoce en profundidad sus propuestas y, en concreto, el modelo de financiación. Se trata, según fuentes nacionalistas, de no desvelar las cartas.

Negociar en solitario

CiU pretende negociar en solitario, lejos de la mirada del tripartito, y no le duelen prendas de abrir frente de confrontación. Ayer mismo, los nacionalistas rompieron el pacto que suscribieron con el resto de partidos que votaron el Estatuto (PSC, Esquerra e Iniciativa) y que les comprometía a no pedir la retirada del proyecto de las Cortes si no lo suscribían estas formaciones. CiU defiende ahora que se pueda retirar el texto si lo pide la mayoría absoluta del Parlamento catalán, como figura en el nuevo Reglamento de la Cámara.

En paralelo a la negociación política, la primera patronal catalana, Fomento del Trabajo, se desmarcó ayer del texto aprobado por la Cámara catalana en septiembre. Juan Rosell, presidente de Fomento, reclamó la revisión de la propuesta estatuaria ante el actual "tiroteo dialéctico" entre partidos políticos. La cúpula de la CEOE, a la que también pertenece Fomento, aprobó a finales de octubre un documento en el que advertía de que las reformas estatutarias pueden generar "tensiones interregionales, manifestaciones crecientes de insolidaridad entre autonomías e incomprensión mutua". Sin contradecir este documento, Rosell reclamó ayer "menos política y más economía".

El presidente de Fomento, que fue uno de los firmantes de una carta en la que varios empresarios catalanes reclamaban a los partidos que pactaran el Estatuto con celeridad, afirmó ver "con preocupación" las "posibles regulaciones adicionales a las existentes", que a su parecer puede acabar incluyendo el Estatuto.

Rosell también pidió "solidaridad" para los empresarios catalanes. Se refería así a los problemas generados por el boicoteo que determinadas empresas de Cataluña están sufriendo en el resto de España, un fenómeno que el consejero de Comercio de la Generalitat, el republicano Josep Huguet no dudó en comparar con el que padecieron los negocios judíos en la Alemania nazi. "A mucha gente las pintadas aparecidas en algunas tiendas alertando del origen catalán de sus productos recuerdan a la Estrella de David que se pintaba en los negocios judíos", afirmó Huguet. Tales afirmaciones fueron duramente criticadas por CiU y PP.