El artista inglés Simon Starling gana el Premio Turner de arte
Simon Starling (Epsom, 1967) se adjudicó anoche el premio Turner de la galería Tate, el más importante y polémico galardón británico en arte contemporáneo, dotado con 25.000 libras (unos 36.000 euros). El fallo del jurado se conoció en Londres al término de una velada presidida por el secretario británico de Cultura, David Lammy, y el director jefe de los museos Tate, Nicholas Serota. Starling competía frente a frente con los artistas británicos Darren Almond, Jim Lambie y Gilliam Carnegie, esta última favorita a hacerse con el galardón, según las casas de apuestas.
Con estudios de arte en Glasgow, Starling debe en parte su selección al Turner 2005 a una instalación montada en el Espai 13 de la Fundación Miró en 2004. Titulada Exposition, la obra traza un paralelismo entre la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 y las dificultades tecnológicas actuales. En una reciente entrevista, el artista explicaba el trasfondo de su instalación como la demostración "del fracaso de las utopías del movimiento moderno y las dificultades que implica la implementación de energías alternativas, como es el uso del platino". Curiosamente, la pieza montada en Barcelona acusó fallos técnicos relacionados con un complicado sistema de alumbrado en el que el platino actúa de catalizador. Es el elemento esencial que hace posible la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno y, por consiguiente, la producción de corriente eléctrica. Un sistema similar utilizó Starling para construir una bicicleta con la que recorrió el desierto de Tabernas y que presentó en la exposición de los finalistas al premio Turner, en Tate Britain. En esta ocasión, el artista dibujó una acuarela de un cactus con el agua extraída en la reacción entre el hidrógeno y el oxígeno. Una muestra más de las incongruencias de la ciencia y la sociedad modernas. La otra obra expuesta Shedboastshed es una cabaña de madera con una tortuosa historia: el artista la descubrió en el valle del Rin, la desmontó y la reconstruyó en forma de barco para navegar hasta Basilea. Allí repitió el proceso a la inversa.
Starling parte de un intenso y exhaustivo trabajo de investigación antes de enfrentarse a explorar cuestiones relacionadas con la naturaleza, tecnología y economía mundiales.
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