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George Weah, favorito en la segunda vuelta de las presidenciales de Liberia

"Ganamos en la primera vuelta y ganaremos también en la segunda", aseguró ayer el ex futbolista del Milan y del Chelsea George Weah, que parte como favorito para convertirse en el primer presidente democrático de Liberia tras 14 años de cruenta guerra civil. El que fuera mejor futbolista del mundo (Balón de Oro en 1995) se enfrentó ayer en la segunda vuelta a la economista Ellen Johnson-Sirleaf, apodada la dama de hierro. De ganar, sería la primera mujer presidente de África. En la primera vuelta, el 11 de octubre, Weah logró el 28,8% de los votos, frente al 20% de Johnson-Sirleaf. Los otros 20 candidatos fueron eliminados.

Aunque se esperaba una menor participación, algunos votantes se presentaron en los colegios electorales cuatro horas antes de su apertura. El jefe de la policía informó de que la jornada fue tranquila y los observadores internacionales no denunciaron irregularidad alguna. Los comicios estuvieron protegidos por los 15.000 cascos azules de la misión de paz de la ONU apoyados por 3.000 agentes de la policía liberiana.

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Weah votó en la capital, Monrovia. Dijo que, de ganar, tendría como prioridad absoluta "la paz para volver a unir a la gente". Johnson-Sirleaf votó protegida por cascos azules en Tubmanburg, la antigua capital de los rebeldes que expulsaron del poder al dictador Charles Taylor en julio de 2003. "Tengo confianza en que el pueblo liberiano vote por mí" dijo, y anunció que si vence formará un Gobierno de unidad.

Los resultados serán anunciados en dos semanas. Estas elecciones son el final de un proceso de dos años en el que Liberia ha tratado de transformarse en un Estado democrático. Al ganador, sea la estrella futbolística de 39 años o la economista de 66, le espera una misión casi imposible: reconstruir un país arruinado por 14 años de guerra, sin electricidad ni agua potable en casi todo el territorio.

Sería una metáfora que uno de los grandes futbolistas de la historia ganara las elecciones de un país levantado por esclavos libertos y que carece de campos de fútbol. Su gran instalación deportiva es un campo de golf construido para los directivos de la empresa de neumáticos Firestone.

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