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Reportaje:

Bolardos como juncos

14 prestigiosos estudios de arquitectura presentan sus proyectos para renovar el mobiliario urbano y dar "identidad" a la capital

Bolardos que ceden ante un impacto y se tumban sobre el suelo minimizando los daños sobre vehículos y la acera; bancos que repelen la lluvia; un poste multifunción al que se fijan papeleras, señales, banderines, farolas o asientos según la necesidad; bancolardos (mezcla de bolardo y banco)... Y todo con el mejor diseño. Catorce prestigiosos estudios de arquitectura presentaron ayer sus proyectos para renovar el mobiliario urbano de Madrid. Aunque nadie se los había pedido, eso sí. Ahora Madrid Diseña (la asociación que agrupa a los arquitectos) tendrá que ponerse de acuerdo con el Ayuntamiento para que se los compre -e instale-, lo que se pretende conseguir "a medio plazo".

Los macizos bolardos que salpican las aceras, los típicos bancos de madera o las antiguas farolas que desperdician parte de la luz que emiten pueden pasar a ser parte de la memoria de la ciudad. Madrid necesita un cambio o bien "encontrar su identidad", explican los participantes en la muestra. Como la tiene Barcelona, por ejemplo. Y para ello hay que "iniciar un debate" que sitúe Madrid a la vanguardia del diseño y como referente en España, explica Gabriel Allende, uno de los arquitectos del proyecto y montador de la exposición.

Madrid Diseña ha lanzado la primera idea. Su propósito: "Conferir a bancos, farolas, papeleras y demás objetos el protagonismo que merecen como parte integrante de la ciudad". Darle más importancia a todos estos elementos "que pasan desapercibidos" ante los ojos de los ciudadanos, en definitiva. "Porque se puede diseñar una plaza estupenda, pero si el mobiliario urbano no está cuidado, el resultado final no va a tener la calidad ambiental que se hubiera querido", según explica Liliana Obal, arquitecto y portavoz de la asociación.

Objetos adaptados

La exposición tiene 21 objetos. De los 14 estudios, tres fueron seleccionados en un concurso. Los otros 11 son madrileños preocupados por la imagen de su ciudad. Los arquitectos han tocado casi todas las posibilidades. Hay barandillas, aparcabicicletas, diferentes modelos de bancos, farolas, postes multifunción, papeleras, bordillos, módulos decorativos y estructuras para delimitar espacios.

Los arquitectos han intentado que los objetos se adapten al ritmo de vida y las necesidades de los ciudadanos, como el Banco Retablo, diseñado por Rafael de La-Hoz Castanys. "Un banco público que responde a la doble función ocio-trabajo, pudiendo ser utilizado para sentarse o como mesa con el simple gesto de girarse sobre uno mismo", según explica su creador. Argumenta De La Hoz: "¿Quién no se ha sentado en un banco y necesitado algún sitio donde apoyar un cuaderno o un ordenador?". Por eso este arquitecto ha diseñado un respaldo que ofrece una superficie horizontal de aproximadamente 40 centímetros de fondo utilizable como mesa.

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También se han cuidado los materiales de construcción, que permiten un fácil y económico mantenimiento de los objetos, como el banco Letta, de E. Bajardí & Asociados. En este objeto ha primado la funcionalidad sobre el diseño. El banco repele el agua, es cómodo, sus materiales no se calientan con el calor ni se enfría en invierno, no se puede quemar y es fácil de limpiar porque las pintadas no se quedan incrustadas.

Entre los objetos presentados aparece uno de gran interés para los conductores, que también interactúan con el mobiliario urbano. Son las llamadas Pilonas Zede, diseñadas por el estudio Cano Lasso. Estos cuatro hermanos han incluido un mecanismo en la base de unos bolardos que hacen que el cilindro, de menos de un metro de altura, ceda a los posibles impactos y se tumbe sobre el suelo, en vez de quedarse rígido. De esta manera se evitan daños tanto en los coches como en las aceras a las que se anclan las pilonas.

'Bancolardos'

Otro de los objetos novedosos son los Bolardos Pliegue. Diseñados por Churtichaga y De la Quadra Salcedo, "se han pensado para barrios que no disponen de espacio físico para introducir el mobiliario urbano por lo estrecho de sus aceras, como Lavapiés y Tetuán". "El prototipo, bautizado como bancolardo, resuelve dos necesidades urbanas con un solo gesto", explican sus autores. El bancolardo separa espacios y, además, permite que los ciudadanos apoyen sus posaderas, aunque sin sentarse.

Esta idea de la multifunción del objeto parece el futuro del mobiliario urbano. Es el caso del Poste Tutto, del estudio Lamela. Carlos Lamela explica la idea: "Se trata de evitar la concentración desorganizada de elementos de mobiliario urbano diversos". Ahora, todos caben en uno. Se levanta un poste y sobre él se añaden o eliminan objetos en función de la necesidad. El prototipo expuesto incluía banco, papelera, soporte para banderines y farola. "Pero se le puede añadir lo que haga falta, como dispensadores de pilas, de periódicos, etcétera", finaliza Lamela. Las primeras ideas están sobre la mesa. Ahora es el Ayuntamiento el que tiene la pelota sobre el tejado para modernizar y unificar la imagen de la capital.

Madrid Diseña: plaza de Colón. Hasta el domingo 23 de octubre. Entrada libre.

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