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La muerte de Juan Pablo II, narrada desde dentro

Enric González

La Editorial Vaticana ha publicado esta semana un acta sobre la agonía, la muerte y el sepelio de Juan Pablo II. Se trata de una iniciativa sin precedentes destinada a evitar los rumores, las especulaciones y las sospechas que rodearon el repentino fallecimiento de su predecesor, el fugaz Juan Pablo I.

El documento escrito y oficialísimo sobre los días finales del papa se denomina Acta Apostolicae Sedis (Acta de la Sede Apostólica) e incluye un suplemento titulado Extrema aegrotatio, obitus, funebria (Agonía, óbito, funeral) con un relato detallado, en italiano, sobre la agonía papal.

"El 30 de marzo se informó de que había comenzado la nutrición enteral mediante la colocación permanente de una sonda nasogástrica. El mismo día, miércoles, el Santo Padre se personó ante la ventana de su estudio y sin hablar bendijo a la multitud que, atónita y doliente, le esperaba en la plaza de San Pedro". "Esa fue", indica el acta, "la última estación pública de su penoso Via Crucis".

A partir de ese momento, los acontecimientos se precipitaron. "El jueves 31 de marzo, poco después de las 11, el Santo Padre, que había acudido a la capilla para la celebración de la Santa Misa, fue víctima de un escalofrío convulso al que siguió una fuerte subida térmica hasta los 39,6 grados. Luego se produjo un gravísimo choque séptico con colapso cardiocirculatorio, debido a una infección en las vías urinarias". En todo momento "se respetó la voluntad explícita del Santo Padre de permanecer en sus habitaciones".

Esa misma tarde, Karol Wojtyla concelebró una misa en su dormitorio, "con los ojos entrecerrados" y elevando "débilmente el brazo derecho, por dos veces", en el momento de la consagración. El cardenal Marian Jaworski le administró la extremaunción pasadas las 19 horas. El 1 de abril "el Papa, consciente y sereno, concelebró de nuevo la Santa Misa" y escuchó la lectura de las 14 estaciones del Via Crucis.

El documento establece que, pese a los abundantes rumores acerca de que el 1 de abril Juan Pablo II entró en coma, el enfermo se mantuvo relativamente lúcido hasta poco antes de la muerte. A las 7.30 del sábado 2 de abril se celebró la Santa Misa en presencia del Santo Padre, que empezaba a mostrar una inicial pérdida de consciencia. A media mañana recibió por última vez al cardenal secretario de Estado y después comenzó una brusca elevación de la temperatura. Hacia las 15.30, con voz debilísima y palabras masculladas, en lengua polaca, el Santo Padre pidió: "Dejadme ir a la casa del Padre". Poco antes de las 19 entró en coma. A las 20 horas, el secretario personal, monseñor Dziwisz, ayudado por el cardenal Jaworsi y los monseñores Rylko y Mokrzycki, celebró una misa acompañada de "cantos religiosos polacos". "A las 21,36, Juan Pablo II se adormeció en el Señor".

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