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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Tolerancia

Confieso que soy una molestia para la sociedad. Sí: fumo y tengo perro.

Así que, avergonzada por mi propia falta de tolerancia, camino con la cabeza baja hacia el parque y me escondo en el rincón más apartado para dedicarme a hacer el mal: retiro los restos de la litrona rota sobre el banco, me enciendo un cigarro y suelto a mi perro que se entretiene un poco husmeando. Leo, de la misma manera que viven los animalillos en libertad: tres líneas de un párrafo, levanto la cabeza y vigilo. Recojo mi colilla y de camino a la única papelera que existe alguien me dice: "Está prohibido traer perros al parque". Contesto: "Pero si no hay ningún cartel donde lo ponga" (siempre me fijo en esas pequeñeces) y me responden: "Ya, pero es que hay gente a la que le molesta".

Este verano he sido testigo de cómo a un señor le llamaban la atención por tener el perrillo en la playa, tuvo la precaución de irse a la incómoda zona rocosa donde nadie va a bañarse, el agua por tanto libre de salvaslips flotantes, papeles y colillas. No estaba en la cómoda zona donde los niños corrían escupiendo arena a su paso mientras sus padres leían sin levantar la vista ni en un párrafo ni en dos capítulos, pero era evidente que el perro estaba molestando y su dueño fue llamado al orden en forma de papelito firmado por la autoridad competente. Mal asunto tener como hobby un perro... con lo bien que viviríamos teniendo como única distracción el fútbol. Desde mi punto de vista, la tolerancia es una vía de doble sentido. Si se me exige, en nombre de la tolerancia, que no pasee con mi

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perro por la calle, que no lo lleve al parque, que no lo meta en la playa: ¿quién es el intolerante? Vivimos en una sociedad formada por distintos tipos de personas con distintas pasiones y aficiones y creo que en eso reside su gran encanto. No voy a pedir comprensión a quien no comparte mi punto de vista, pero sí, a quien proceda, que se habiliten zonas amplias para quienes disfrutamos con nuestras mascotas y así poder vivir sin necesidad de sentir que continuamente molestamos.

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