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El brasileño estaba inmovilizado cuando la policía de Londres le mató en el metro

Datos difundidos por un canal de televisión echan por tierra la versión oficial de los hechos

Francisco Peregil

El electricista brasileño al que la policía británica mató en el metro de Londres el 22 de julio de siete balazos en la cabeza, Jean Charles de Menezes, de 27 años, no llevaba ningún abrigo donde esconder bombas ni corrió cuando le dieron el alto, tal y como la policía había informado. Ni siquiera está claro que le dieran el alto en algún momento. De Menezes vestía una chaqueta vaquera. Aquella mañana caminó tranquilamente hacia la estación de Stockwell, accedió con su billete, y tuvo tiempo de coger un periódico gratuito antes de dirigirse al andén.

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La información que echa por tierra la versión de la policía procede de unos documentos y fotografías confidenciales de la Comisión Independiente de Investigación de Quejas a la Policía (CIIQ, en inglés), a los que tuvo acceso el martes el canal de televisión ITV. De Menezes, según estos documentos, sólo corrió cuando vio llegar su metro. Entró en el vagón y se sentó. Entonces se produjo algo inaudito: cuando la policía irrumpió en el vagón apuntándole a la cabeza, De Menezes se levantó y uno de los agentes encargado de vigilarle lo agarró del torso, después del brazo y lo inmovilizó. El primer tiro se lo dispararon a 30 centímetros de distancia. Los agentes de la unidad especial SO19 tenían licencia para matar. Y la usaron contra un hombre inmovilizado. De Menezes apenas tuvo tiempo de ver a sus asesinos.

En los documentos se especifica que, además de las siete balas en la cabeza, De Menezes recibió una en el hombro y que se recogieron tres casquillos de tiros fallidos. En teoría, los disparos iban dirigidos a la cabeza para evitar que estallara el artefacto que podía llevar De Menezes pegado al cuerpo. Los periódicos británicos preguntan ahora: si tanto riesgo había de que explotara la bomba, ¿por qué un agente lo agarró del torso? Y una vez agarrado y tras quedar claro que no llevaba bomba, ¿por qué dispararon?

El inmigrante brasileño había sido confundido con Hamdi Adus Isaac, alias Osman Hussain, el terrorista detenido en Italia en relación con los atentados del 21 de julio. La policía recibió información de que uno de los terroristas se encontraba en un bloque de pisos de la calle de Scotia Road, al sur de Londres. Ése era el edificio del que salió De Menezes a las 9.30. Un policía estaba encargado de filmarlo con una cámara de vídeo para comprobar que la cara del sospechoso se correspondía con la del terrorista a quien buscaban. Pero al salir De Menezes, el policía estaba orinando. Y declaró después: "Cuando pasó ante mí miré las fotografías que tenía y transmití que merecería la pena que alguien más le echara un vistazo. Debo señalar que cuando este hombre salía del bloque yo me estaba 'aliviando'. En ese momento no me era posible transmitir mis observaciones y encender la cámara al mismo tiempo".

Fallos en cadena

El equipo encargado de vigilarlo no iba armado, con lo cual, no pudo impedir que De Menezes entrara en el autobús. A las 9.50 el autobús llegó a las inmediaciones de la estación de Stockwell y De Menezes caminó tranquilamente hacia ella. Los agentes especiales de la unidad S019 de Scotland Yard, que habían tomado ya el mando de la operación, deberían haber impedido la entrada del sospechoso en el metro. Pero no lo hicieron.

A partir de ahí, todos sus pasos fueron grabados por algunas de las más de cuatro millones de cámaras de circuito cerrado que hay en la ciudad de Londres. A las 9.55 De Menezes se encontraba al pie de un ascensor. Su tren llegaba y echó a correr hacia el vagón. Miró a la izquierda, después a la derecha y se sentó frente a un pasajero que presenció cómo lo mataron. "En unos segundos vi entrar a un hombre por las puertas situada a mi izquierda", declaró el testigo refiriéndose a un policía. "Apuntaba con una pistola negra pequeña hacia la persona que estaba sentada frente a mí. Apuntó hacia el lado derecho de la cabeza del hombre. La pistola se encontraba a 12 pulgadas (30,48 centímetros) de la cabeza del hombre cuando dispararon el primer tiro".

Antes de que se oyera ningún disparo, un policía inmovilizó a De Menezes. Y así lo relató a la comisión que investiga el caso: "Escuché gritos que incluían la palabra policía y entonces me volví hacia el hombre de la cazadora vaquera. Inmediatamente se levantó (del asiento) y avanzó hacia mí y hacia los oficiales. Yo agarré al hombre de la cazadora vaquera sujetándolo con mis dos brazos por su torso, sujetando sus brazos en la espalda. Entonces lo empujé de nuevo en el asiento donde había estado sentado. Entonces escuché un disparo muy cerca de mi oído izquierdo y fui empujado hacia el suelo".

La policía aún no ha dicho nada sobre los documentos filtrados. La familia del electricista brasileña había declarado desde el primer día después de su muerte que Jean Charles no llevaba ningún abrigo. Y dudaba de que saltase el torno para entrar en el metro. Harriet Wistrich, abogada de la familia, indicó que el Gobierno debería plantearse la política de "licencia para matar" implantada tras los atentados terroristas. "Sólo llevaba una chaqueta vaquera. ¿Era necesario dispararle en vez de tratar de enfrentarse a él? No había señal de que estuviera a punto de suicidarse", agregó.

El cadáver de Charles de Menezes yace en un vagón de metro tras ser tiroteado, en una imagen de la cadena ITN.
El cadáver de Charles de Menezes yace en un vagón de metro tras ser tiroteado, en una imagen de la cadena ITN.EFE

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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