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El urbanismo cambia la vida de Moncofa

La compra de vehículos se multiplica por 4 y la construcción de viviendas por 90 en dos años

La urbanización prevista de 6,5 millones de metros cuadrados en la playa de Moncofa (Castellón) entre 2010 y 2015 ha cambiado para siempre la vida de sus 5.400 habitantes. Se estima que el 70% de los vecinos se han visto beneficiados con una lluvia de millones al vender sus parcelas en el marjal para edificar chalés en primera línea de playa. El afán urbanizador ha provocado ingentes fortunas y desahogo económico en la mayoría, pero también ha enfrentado a familias y corrompido viejas amistades. Los PAI han originado no pocas disputas vecinales ante los proyectos.

El Ayuntamiento tiene hasta 10 proyectos previstos y un campo de golf de 18 hoyos
Los críticos a la plataforma alegan que su modelo cubriría la playa de cemento
Una agrupación ha denunciado ante el juez a otra asociación de propietarios
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¡Vivan los PAI!

El visitante que se hubiera acercado a Moncofa hace tan sólo dos años casi no la conocería en la actualidad y tendría dificultades para imaginar en lo que se convertirán el municipio y su playa, ambos separados ahora por apenas un kilómetro, dentro de poco más de cinco años.

Moncofa y su playa ocupan hoy una extensión urbanizada de 1,3 millones de metros cuadrados, pero el Ayuntamiento que dirige con mayoría absoluta el socialista José Vicente Isaach, ha previsto sextuplicar el área habitable con la construcción en el grao de 31.500 nuevas viviendas, que elevarán los actuales 30.000 visitantes en verano a 120.000.

Para ello hay planificados siete Programas de Actuación Integrada (PAI) en la playa y otros tres en el pueblo, que unirán ambos núcleos urbanos. Moncofa también se apunta al deporte de moda, el golf, con la construcción de un campo de 18 hoyos, y desarrollará además un puerto deportivo.

El atractivo del ya escaso suelo libre en el litoral valenciano ha hecho desembarcar en la población a una pléyade de empresas constructoras y promotoras de terrenos para aprovechar el mercado pero que también han enriquecido a la mayor parte de los vecinos y han modificado su forma de vida.

El moncofí fue ante todo agricultor, y se dedicaba al cultivo de cítricos o de melones y sandías. Hasta hace bien poco, un mal año de la naranja se traducía en nulas inversiones, desasosiego, y hasta las firmas de electrodomésticos tenían dificultades para vender un televisor. Hoy, y pese a que la pasada fue la peor campaña en años para los cítricos, ni se comenta en los bares. El dinero de la Palafanga, denominación despectiva de los nativos para el marjal, porque no servía ni para el cultivo, se nota en el parque automovilístico, en la vivienda y en las nuevas sucursales bancarias que se han asentado en la localidad.

Hasta hace un par de años Moncofa matriculaba unos 100 coches al año, de los cuales el 95% eran de gama baja. El año pasado, según datos del Ayuntamiento, fueron dados de alta 443 vehículos y 290 eran de lujo. Según los mismos datos, la media de viviendas construidas en el municipio era de 6 anuales, y este año ya hay previstas 500.

El ritmo urbanizador en la playa alcanza además las 1.400 viviendas nuevas al año, con decenas de grúas que se alzan en las áreas de expansión. La lotería del urbanismo costero ha beneficiado al 70% de los habitantes según el Consistorio, porque la mayoría disponía de al menos una pequeña parcela heredada de sus padres en el marjal, que hace poco más de 10 años tenía un precio exiguo, y que ahora se ha llegado a pagar a más de 500.000 euros la hanegada.

También las arcas municipales han notado la inyección económica. En 1991, el presupuesto del Ayuntamiento de Moncofa no llegaba al millón de euros mientras que el cálculo de 2005 asciende a los 19.5 millones de euros.

Las urbanizaciones han hecho ganar dinero pero en algunos casos también han enturbiado cuando no roto relaciones. No son pocos los hermanos enfrentados porque, como es tradición, el padre concedió las plantaciones de cítricos a uno de ellos y el marjal al otro como forma de agravio por su mal comportamiento o simplemente para no dividir más las fincas de cultivo.

Con la revalorización de la Palafanga y el mal negocio de la naranja cambiaron los papeles y el primero pidió una parte al teóricamente desheredado; la negativa de éste causó la ruptura familiar.

También se han dado casos en los que la tradición de realizar las ventas con un simple apretón de manos, sin escrituras, han jugado una mala pasada a los compradores, que cuando años después intentaron revender sus terrenos a las promotoras, vieron como la codicia de sus antiguos propietarios les había llevado a romper el trato y a arrebatarles el beneficio.

Los PAI también han originado no pocas disputas vecinales. El pasado 18 de julio alrededor de 700 personas protagonizaron una manifestación por las calles de la localidad en contra de la intención del alcalde de adjudicar a la empresa del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, el PAI del Golf, de 2,8 millones de metros cuadrados.La plataforma vecinal, cuyos simpatizantes han colgado de sus ventanas sábanas con el lema golf sí, abusos no, pretende que la nueva área se adjudique a la empresa Mogar, integrada por la constructora Xiop y el Grupo Selma, porque en teoría ofrece condiciones más ventajosas para los propietarios y para el propio municipio, con un coste de urbanización 30 millones de euros inferior al de Dragados y una reducción de la parcela mínima edificable.

Álvaro Sendra, portavoz de los vecinos partidarios de Mogar, critica que Dragados haya establecido la parcela mínima en los 5.000 metros cuadrados, lo que provoca que "casi ningún vecino" alcance el mínimo exigible al disponer de pequeñas parcelas, y les obligue a agruparse con otros, con las consiguientes dificultades a la hora de negociar la venta.

Además, han llevado a los juzgados de Nules a la asociación de propietarios partidarios de Dragados por incluir entre sus miembros, supuestamente, los nombres de hasta cuatro personas fallecidas y de otras que no habían dado su consentimiento, para "aglutinar de forma fraudulenta", dice Sendra, al 51% de los titulares de los terrenos y que sea su alternativa la que se constituya en Agrupación de Interés Urbanístico, lo que les daría preferencia a la hora de decidir el urbanizador.

Sin embargo, los defensores del proyecto de la firma de Pérez niegan las acusaciones, aseguran que la inclusión de propietarios fallecidos fue un error ya subsanado, y hablan de la mayor calidad del proyecto y de la mejor integración del campo de golf.

Critican además que Mogar pretenda incrementar al máximo la edificabilidad, y que quiera construir tres torres de 21 alturas, y aseguran que, en uno de sus numerosos contactos y reuniones, Mogar reconoció que la alternativa de Dragados era la idónea pero quiso que le fuera concedida el 50% de la urbanización, algo a lo que se negó la empresa madrileña.

El próximo 20 de agosto se reunirán las dos empresas y las dos agrupaciones de interés urbanístico para intentar alcanzar un acuerdo. Álvaro Sendra dice que el pacto es necesario y considera "perverso y sospechoso" que mientras en otras zonas del litoral de Castellón hay "auténticas batallas" entre diversas empresas que concurren a las adjudicaciones, en Moncofa el Ayuntamiento "sólo plantee la opción de Dragados".

El portavoz de quienes se inclinan por Mogar recalca que "en la diversidad y la competencia entre empresas está el equilibrio y el mayor beneficio tanto para los propietarios como para la población".

Aunque no faltan voces en la localidad que critican a los seguidores de Mogar porque, pese a estar en su derecho, dicen, al reclamar una mayor edificabilidad para obtener más beneficio repetirían un modelo desarrollista que acabaría por "cubrir la playa de cemento", como apuntan también desde distintos colectivos ecologistas, alejado de planificaciones ordenadas y consecuentes con el medio ambiente.

Desde la oposición en el Ayuntamiento, el Bloc ha criticado varias de las actuaciones y acuerdos emprendidos por el alcalde José Vicente Isaach. La formación nacionalista ha considerado como mínimo "poco éticas" diversas adjudicaciones.

Álvaro Sendra asegura que el Ayuntamiento "siempre con carácter previo", ha tenido "definido a quién se le iba a conceder" el PAI.

El alcalde de Moncofa prevé adjudicar el desarrollo del área del golf y las urbanizaciones anejas entre los meses de septiembre y octubre.

[Por otra parte, la Consejería de Territorio anunció ayer que la nueva Ley Reguladora de Campos de Golf no permitirá reclasificaciones de suelo para la implantación de nuevas instalaciones. El objetivo de esta medidad, según el consejero Rafael Blasco, es "garantizar la total separación entre proyectos de campos de golf y nuevos desarrollos urbanísticos".]

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