La oposición brasileña busca para Lula una salida airosa del escándalo de corrupción

Los dirigentes de la oposición brasileña se reúnen hoy para examinar las consecuencias de un eventual procesamiento del presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva, por el escándalo de corrupción desatado en el gubernamental Partido de los Trabajadores (PT). La oposición, reforzada en los últimos sondeos, prefiere derrotar a Lula en las elecciones del próximo año y no abrir un complicado proceso de enjuciamiento que podría paralizar la vida política y afectar a la economía. Lula, sugieren, debería comprometerse a no presentarse a la reelección.

La reunión, que se celebra hoy en Brasilia, está encabezada por los líderes de las dos grandes formaciones opositoras: el Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB), fundado por el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, y el conservador Partido del Frente Liberal (PFL), que tiene en César Maia, actual alcalde de Río de Janeiro, a uno de sus más activos y brillantes exponentes.

Todo apuntaba ayer a que la oposición, reforzada por una reciente encuesta en la que, por primera vez, Lula perdería las elecciones ante el candidato del PSDB (el alcalde de São Paulo, José Serra), prefiere en este momento derrotar al jefe del Estado en las urnas y evitar un complejo proceso jurídico para obligarle a abandonar el cargo. Todo ello, afirman los líderes opositores, si en las próximas semanas no aparecen pruebas que impliquen "personalmente" a Lula en el escándalo y que obliguen, a pesar de los pesares, a abrir un proceso para destituirlo de sus funciones.

La oposición teme que el enjuiciamiento del presidente para retirarlo del cargo pueda llegar a paralizar al Gobierno y poner en crisis la economía del país, que es lo que mejor le funciona a Lula. Para la oposición, como ha confesado el ex presidente Cardoso a sus amigos, la solución ideal sería que Lula se comprometiera ahora a no presentarse a la reelección en los comicios de octubre de 2006, a cambio de garantizarle la estabilidad por lo que resta de mandato, tanto en el Gobierno como en el Parlamento.

Una solución que están analizando incluso algunos de los dirigentes del PT no salpicados por la trama de pagos ilegales organizada por el partido para garantizarse el apoyo de ciertos aliados. Jorge Viana, gobernador del Estado de Acre y uno de los líderes del PT que Lula más escucha, declaró al diario O Globo, tras una reunión con el presidente, que éste se siente "como un pajarito devorado por serpientes". A la pregunta de qué debería hacer Lula en este momento, Viana respondió: "Dependiendo de la intensidad de la crisis, debería considerar la posibilidad de renunciar a presentar de nuevo su candidatura". Según Viana, el mandatario debería también convocar el Consejo de la República y establecer un "diálogo directo con la sociedad".

Las revelaciones hechas por Duda Mendoza, publicista de la campaña de Lula, de que el PT le pagó 10 millones de reales (3,4 millones de euros) en el paraíso fiscal de Bahamas, preocupan incluso a la oposición, ya que, según la ley, los partidos no pueden tener cuentas en el extranjero, por lo que el PT podría tener que disolverse.

Kennedy Alencar, comentarista político del diario Folha de São Paulo, escribió ayer que nadie debe desear "la sentencia de muerte del PT", que a pesar de todo es el partido con mejores cuadros, junto con el PSDB, por lo que "la destrucción del PT no interesa a la democracia de Brasil". La solución, más que la supresión del PT, sería la de su "refundación", aunque sólo, afirman unánimemente desde Lula hasta sus adversarios, "después de que los culpables de los escándalos hayan sido castigados".