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Un ex consejero de CiU admite que se sometía a su visto bueno la adjudicación de obras

Felip Puig critica que el Gobierno catalán se dedique a "arrojar sombras" sobre todo

Felip Puig, cuando era consejero de Política Territorial y Obras Públicas en el último Gobierno de Jordi Pujol, era informado de las adjudicaciones de obras públicas antes de la aprobación definitiva por el Consejo de Administración de la empresa pública GISA. Puig, que compareció ayer ante la comisión que investiga el hundimiento en el Carmel y las adjudicaciones de obras en la última etapa de CiU, añadió que él daba "el visto bueno" y decidía en caso de empate. Una afirmación que, con fórmulas diferentes, repitió hasta tres veces. Luego, en los pasillos, dijo que nunca hubo empates.

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Puig se las tuvo ayer con el diputado socialista Joan Ferran. Tanto, que acabó por preguntar al presidente de la comisión de investigación, Joan Boada, si el tono, en su opinión agresivo, era aceptable. "De momento, sí", replicó Boada. Y Ferran siguió preguntando, sobre todo, por los métodos de contratación y las presuntas arbitrariedades en las concesiones. Pero la respuesta clave no fue a pregunta de Ferran, sino a una hecha por el diputado de CiU Josep Rull sobre la "discrecionalidad en las adjudicaciones", denunciada el lunes por el actual consejero, Joaquim Nadal.

"Forma parte de una más de las medias insinuaciones, medias mentiras, que no responden a nada objetivo", dijo Puig, para añadir: "Yo conocía con anterioridad, es evidente, los procesos de toma de decisión; las adjudicaciones eran informadas al consejero, que daba el visto bueno". No fue la única vez. En el segundo turno de preguntas fue el diputado socialista Jordi Terrades quien le preguntó si, como había dicho antes, conocía las adjudicaciones antes de que fueran decisión firme. "Sí", respondió. "¿Opinaba?", quiso saber Terrades. "En casos de empate comentaba con el presidente la decisión a tomar". Y ya en el tercer bloque Puig matizó que estas intervenciones era "excepcionales" y en ellas se valoraba "la concentración de obras" en una misma empresa.

Luego, en los pasillos y a preguntas de los periodistas, Puig sostuvo que la actuación del Gobierno de CiU era la de potenciar la actividad de las empresas catalanas, y como las del resto del país "no eran tontas" lo percibieron y acabaron haciendo uniones temporales con empresas locales.

Esto no tiene nada que ver con comisiones, sostuvo el ex consejero y actual portavoz parlamentario. Si CiU tenía más donativos anónimos era por su mayor implantación social. El diputado de ERC Oriol Amorós y uno de los expertos que participan en la comisión, Oriol Amat, se interesaron por el hecho de que CiU fuera la formación con más donaciones anónimas y quisieron saber si podían proceder de las empresas contratistas o de las subcontratadas. Puig adujo que eran perfectamente anónimas y "legales", añadió.

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Previamente, en su intervención, Puig sostuvo que la política de Nadal ha sido errática, sobre todo en la gestión de la crisis. Puig repitió que CiU nunca ha pedido la dimisión de Nadal por el hundimiento del túnel en el Carmel, sino por la gestión de la crisis, en su opinión, con decisiones erróneas y erráticas encaminadas sólo a difuminar y ocultar las propias responsabilidades.

"Hoy hablamos de las causas del hundimiento", dijo Puig como conclusión de su primera intervención ante los diputados, "pero un día habrá que hablar de las consecuencias". Lo que ha hecho el Gobierno de Pasqual Maragall, sostuvo, es extender "la sombra de la sospecha, arrojando dudas sobre los técnicos del país, sobre las empresas, sobre las obras públicas, sobre el Gobierno de CiU". Puig sugirió que parte de las decisiones poco atinadas del consejero se deben a su formación de historiador, frente a la suya y la de su inmediato antecesor, Pere Macias, ambos ingenieros de caminos.

El ex consejero también criticó con dureza la nueva política de adjudicaciones de Nadal, "que ya la ha cambiado dos veces", dijo. Puig sostuvo que la rebaja de hasta el 7% respecto al precio de salida de las obras públicas producida en el año de gobierno del tripartito puede acabar en un freno de las obras públicas y con graves costes de seguridad, tiempo e, incluso, económicos. Y, por si no quedaba claro, respondió a una pregunta de Daniel Sirera (PP) sobre si habría dimitido en caso de haber sido él el consejero cuando cayó el túnel: "Yo no habría tomado el cúmulo de decisiones precipitadas y erróneas que tomó Nadal".

Boada había comentado, antes, que en Cataluña había habido un "exceso de silencio" que ha servido para esconder y ocultar una "red clientelar" relacionada con la adjudicación de las obras públicas. Para ocultarla, dijo, "algunos se han envuelto en la bandera catalana".

El ex consejero Felip Puig (izquierda) y el presidente de la comisión de investigación, Joan Boada.
El ex consejero Felip Puig (izquierda) y el presidente de la comisión de investigación, Joan Boada.CARLES RIBAS

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