El mito del presupuesto participativo
Sólo el 5% de los habitantes de Porto Alegretoma parte en las asambleas ciudadanas que han hecho famosa la ciudad en el mundo
El galardonado este año como mejor futbolista del mundo, Ronaldinho, nació y se crió en Porto Alegre. La mayoría de las supermodelos brasileñas de fama internacional proceden del Estado de Porto Alegre. Pero la capital del Estado no se ha hecho famosa ni por uno ni por otras, sino por algo tan técnico como el presupuesto participativo. Entre todas las ciudades del mundo, hace cuatro años, el Foro Social Mundial eligió a Porto Alegre como primera sede. Y lo hizo, entre otras razones, porque su Ayuntamiento, gobernado desde 1989 por el Partido de los Trabajadores (PT), tuvo la feliz idea de que el pueblo soberano decidiera dónde y cómo se invertía el dinero. Qué calles había que asfaltar primero y dónde se abría un centro de salud. Así que el nombre de la ciudad desde hace 16 años va como cosido a las palabras "presupuesto participativo".
140 ciudades de Brasil, algunas gobernadas por la derecha, también han adoptado el invento
"Hay muchas reuniones y la gente está cansada al salir de trabajar", dice un asesor del PT
Y ahora que el Ayuntamiento ha caído en manos de la oposición del PT, se seguirá manteniendo esta forma de administrar la ciudad. Sin embargo, varios analistas consultados tienen la impresión de que se habla más del presupuesto participativo en el resto del mundo que en la propia ciudad de Porto Alegre. Del casi millón y medio de habitantes de la ciudad, sólo unos 18.000 participan en las reuniones donde se deciden las inversiones locales, lo cual supone menos del 5% de la población.
Felipe de Angelies, asesor de comunicación del Partido de los Trabajadores (PT), señala que está demasiado burocratizado el presupuesto. "Hay demasiadas reuniones y la gente cuando termina de trabajar está demasiado cansada. Además había un prejuicio de que sólo se atendía a los que simpatizaban con el PT. La clase media no acude porque siempre se atiende más a las peticiones de los pobres. El presupuesto participativo ha sido una gran aportación, pero ahora debería cambiar su formato".
Cada uno de los 16 distritos de la ciudad celebra al menos una reunión mensual. A ella puede asistir quien quiera. De ahí salen los dos delegados que hablarán por el distrito en las reuniones donde se reúnen representantes de toda la ciudad.
Anilson Costa, asesor del alcalde, José Fogaça, del Partido Popular Socialista, de centroizquierda, señala que en los últimos años ha habido un descenso de la participación porque "las partidas aprobadas por los ciudadanos en el presupuesto llevan un retraso de cuatro años". "Ahora vamos a actualizarlo y se van a hacer las obras que se aprobaron en su día".
"En realidad", indica Sergio Baiezle, miembro de la ONG Cidade, que ha elaborado varios estudios al respecto, "el presupuesto sólo lleva dos años de retraso. Porque el Ayuntamiento del PT afrontó entonces las obras de una carretera que consumió su capacidad inversora. En los últimos años se multiplicaron los espacios de participación. Un debate llevaba a otro, y después a otro... pero disminuyó el dinero".
"Siempre se ha pretendido aumentar el número de gente que participa, pero no es fácil", reconoce Baiezle. Cada año la mitad de los participantes abandonan y no se presentan al siguiente. No sé si es porque ya han conseguido lo que querían o porque no creen que lo vayan a conseguir. Pero, desde el punto de vista positivo, eso significa que cada año participa nueva gente".
Baiezle, como todos los consultados, asume que la clase media no acude a las reuniones del presupuesto. Y la clase media en Porto Alegre es mayoría. Los pobres son sólo un tercio de la población. "En las primeras reuniones", indica Baiezle, "la gente humilde se quedaba callada. Los encuentros se celebraban en el Ayuntamiento, ante el alcalde, con sillas muy altas. Y estaban intimidados. Después cambiamos de lugar y ahora todo el mundo habla y se desgañita. Porque hay dos representantes vecinales por cada uno de los 16 barrios, y ellos tienen que responder ante sus comunidades".
Todos los consultados critican los presupuestos participativos en Porto Alegre, por una cosa o por otra. Pero todos aseguran que es un gran invento y que hay que seguir perfeccionándolo. "Es que no se trata sólo de decidir y votar sobre un presupuesto", indica Vanesa Marx, ciudadana de Porto Alegre que ha presentado en Europa varias ponencias sobre el tema, "sino de crear una cultura política, que la gente entienda lo que es un presupuesto y que lo discuta".
"Lo ideal sería una participación del 20% de los ciudadanos", indica Sergio Baiezle, miembro de la ONG Cidade, "pero para eso el Ayuntamiento debería recibir más dinero del presupuesto nacional. Y de esta forma el presupuesto podría abarcar partidas culturales y medioambientales. Cada vez los ayuntamientos han ido ganando más competencia en Brasil, pero el dinero que reciben sigue siendo el 14% del presupuesto nacional. Si alguien tiene problemas con el agua, con la educación o con la salud, acude al municipio. Todo termina en el municipio menos el dinero".
El invento funciona. En la actualidad, 140 ciudades de Brasil, gobernadas en su mayoría por el PT pero también por formaciones de centro y de derecha, administran parte de su dinero mediante el presupuesto participativo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.