Capturado un peligroso delincuente implicado en un doble asesinato perpetrado hace dos años en Chamartín
La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, con la colaboración de la policía búlgara, han desarrollado una operación conjunta en Madrid en la que se ha detenido al ciudadano búlgaro P. H. Y., de 29 años, como supuesto autor del asesinato de dos compatriotas en la calle del Jazmín, en el distrito madrileño de Chamartín, en febrero de 2003, además de otros delitos en Marbella (Málaga).
Tras la comisión del doble crimen, según el Ministerio del Interior, tanto el modus operandi como el fusil Kaláshnikov empleado en el doble asesinato hicieron centrar las sospechas de los investigadores en una peligrosa banda de ciudadanos del este de Europa, dedicados al robo de vehículos de lujo y al tráfico de armas y drogas.
Las investigaciones de la Guardia Civil detectaron a esta banda en la costa mediterránea, desarrollándose en febrero de 2003 la Operación Cenachero, en la que fueron detenidas 39 personas, además de ser decomisados 62 vehículos, 17 armas y 3.700 kilos de hachís. En esta operación se detuvo a uno de los supuestos autores del crimen, si bien el ahora detenido logró eludir el cerco policial.
Las investigaciones desarrolladas por el Cuerpo Nacional de Policía dieron lugar en diciembre de 2004 a la Operación Bombay, en la que se procedió a la detención de 16 individuos de origen búlgaro que conformaban un grupo organizado dedicado al tráfico ilícito de vehículos y a robos en domicilios, y se constató la vinculación del ahora detenido.
Fruto de la cooperación entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, y con la colaboración de los responsables de la policía búlgara, se logró averiguar que P. H. Y. ocupaba en la actualidad un apartamento próximo al madrileño paseo de la Castellana, por lo que se estableció un dispositivo de vigilancia que culminó con su detención el miércoles pasado.
Interior califica la detención de este individuo de "éxito rotundo", dado que estaba considerado como muy peligroso y difícil de localizar, debido a las continuas y estrictas medidas de seguridad que adoptaba, como la de no ocupar durante más de uno o dos meses las viviendas en las que habitaba.
