_
_
_
_
_
VIOLENCIA EN IRAK

Los dos periodistas franceses recuperan la libertad tras cuatro meses de cautiverio

Los secuestradores abandonaron a los reporteros junto a la Embajada de su país en Bagdad

Georges Malbrunot y Christian Chesnot, los dos periodistas franceses secuestrados en Irak el pasado 20 de agosto, fueron liberados ayer por el llamado Ejército Islámico de Liberación, y se disponían a viajar a París. La noticia se hizo pública por el canal televisivo árabe Al Yazira y fue ratificada por la Embajada de Francia en Bagdad pocos minutos después. Los secuestradores dejaron a sus rehenes muy cerca de la delegación diplomática gala en la capital iraquí. Malbrunot, de 41 años, vivía en Oriente Próximo desde 1994 y Chesnot, de 37, lo hacía en Ammán desde 2000.

Más información
Llegan a Francia los periodistas secuestrados cuatro meses en Irak

Los dos periodistas hablan árabe -eso les convertía en hipotéticos espías-, habían escrito juntos dos libros sobre el Irak de Sadam Husein y trabajaban en dicho país desde que EE UU lo invadiera con la ayuda británica. Malbrunot trabaja para el diario Le Figaro, mientras que Chesnot es un periodista de radio que trabaja por libre, aunque colabora asiduamente en Radio France Internacional (RFI).

Durante los 124 días de secuestro, todos los países árabes se habían manifestado oficialmente en contra de la operación, al igual que movimientos radicales o terroristas como Hamás y Hezbolá. La principal exigencia de los secuestradores -que Francia renunciase a la entrada en vigor de la ley que prohíbe en las escuelas el velo o pañuelo islámico- se topó también con el rechazo de las organizaciones islámicas francesas, que el 2 de septiembre visitaron Bagdad para explicar que no aceptaban la injerencia islamista en asuntos internos franceses. Según el especialista en islamismo Gilles Kepel, "esa gran movilización pudo, en un primer momento, salvar la vida de Chesnot y Malbrunot, pero a continuación hizo subir su valor como rehenes. La caída de Faluya [bastión de la resistencia] y la perspectiva electoral han cambiado el horizonte de los secuestradores".

El presidente Jacques Chirac, que estaba de vacaciones en Marruecos, regresa hoy a Francia para acoger a los periodistas. En París, el primer ministro Jean-Pierre Raffarin y el conjunto de los diputados celebró en la Asamblea Nacional y en el Senado, con grandes salvas de aplausos, la noticia de la liberación de los dos corresponsales. "Es el mejor regalo de Navidad imaginable" dijo un diputado cuando hubo confirmación oficial de lo avanzado por Al Yazira. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, envió un mensaje de felicitación al presidente francés.

Para Fouad Alaoui, del Consejo Francés del Culto Musulmán, "la alegría de la comunidad nacional es también la alegría de la comunidad musulmana francesa", mientras que el rector de la mezquita de París, Dalil Boubakeur, resumió su estado de ánimo en una sola palabra: "¡Hamdullilah! [Alabado sea Dios]".

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Si a principios de septiembre la liberación de Chesnot y Malbrunot llegó a parecer cuestión de horas, luego la solución del secuestro se fue complicando sin que aún se sepan las razones. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Michel Barnier, había declarado el lunes que los dos periodistas estaban "sanos y salvos", y la familia Chesnot confirmaba ayer que desde hacía unos pocos días las autoridades francesas volvían a ser optimistas. Ayer también se supo que un avión militar estaba dispuesto para salir de inmediato hacia Ammán o Bagdad para recuperar a los periodistas.

A lo largo de los cuatro meses hemos asistido a una insólita expedición de un diputado francés, Didier Julia, que a finales de septiembre dijo haber visto a Chesnot y Malbrunot en Ammán antes de retractarse; a unas lamentables declaraciones del primer ministro provisional de Irak, Ayad Alaui, para quien el secuestro, "demuestra que la neutralidad no es posible" respecto a la política de la Administración de Bush; a diversas ofertas de intermediarios y a numerosas reclamaciones de pago de rescate; a la misteriosa retención del chófer de Chesnot y Malbrunot que, liberado el día 12 de noviembre, permaneció en manos de tropas estadounidenses hasta el día 17.

La llegada, hoy, de los dos periodistas puede que ilumine algunos puntos de sombra de una historia a la que los secuestradores quisieron dar sentido al difundir un comunicado en el que afirman haber "comprobado que los periodistas no espiaban a sueldo de los americanos", al tiempo que se dicen "sensibles a la actitud del Gobierno francés respecto a Irak" y a los libros de los secuestrados "sobre la causa palestina". Antes, o simultáneamente, esa misma sensibilidad no impidió al grupo asesinar a un pacifista italiano o a un chófer paquistaní.

"Hace cuatro días Sadam dijo a su abogado que estaba contento del comportamiento diplomático de franceses y alemanes", recordaba ayer Antoine Basbous, director del Observatorio de los Países Árabes, "y eso puede haber influido aunque, en esa zona, en los últimos 20 años, no creo que exista un secuestro que no se haya resuelto pagando un rescate".

Christian Chesnot y Georges Malbrunot, en una foto de archivo.
Christian Chesnot y Georges Malbrunot, en una foto de archivo.ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_