Batasuna promete usar sólo vías democráticas pero no exige a ETA el cese de la violencia
Otegi dice que la formación ilegalizada ha "movido ficha" y aboga por un cambio consensuado
Batasuna celebró ayer el primer acto multitudinario tras su ilegalización para presentar la que considera una "renovada" propuesta de diálogo que no incluye la petición previa de tregua a ETA, como le exigen los partidos democráticos, pero sí un compromiso de hacer posible "un cambio entre todos de manera consensuada". Arnaldo Otegi aseguró que su compromiso con la paz no es "abstracto" e implica respetar la voluntad popular cualquiera que sea. Agregó que la izquierda abertzale esta vez "mueve ficha" y se equivocará quien trate de "desactivar" este planteamiento. "Sé por qué lo digo", apostilló.
El portavoz radical trató al final de su alocución de reforzar la idea de que Batasuna "se mueve" con una propuesta cuyo contenido introduce novedades desde su propia doctrina, pero no alcanza a la renuncia de la violencia.
"Si hemos llegado hasta aquí, que nadie tenga duda de que no vamos a desaprovechar la ocasión de ganar un espacio de paz", aseguró. En un inusual tono autocrítico, Otegi reconoció ayer que es "más dificil iniciar un proceso de superación del conflicto político que plantear una estrategia de confrontación".
"Es más difícil hacer la paz que la guerra", añadió. Y dijo a continuación que el compromiso de la paz exige determinadas actitudes y , en ese sentido, Batasuna está preparada y acepta el compromiso de "buscar el abrazo de nuestros adversarios y la complicidad de los enemigos".
Y añadió otra idea sin precedentes en el discurso radical y que refleja al menos una actitud más flexible. Otegi aseguró que Batasuna accede al proceso de paz que propone "sabiendo que no tiene la razón al cien por cien y que esto exigirá concesiones multilaterales. pero lo aceptamos como compromiso".
Lo cierto es que el mitin que congregó en el Velódromo donostiarra a 15.000 personas, como en los mejores tiempos de la izquierda abertzale, fue un acto de reafirmación y cohesión interna de esta formación cuya militancia está desinflada y disgregada a consecuencia de la ilegalización.
Un ambiente más frío que en anteriores ocasiones denotaba los tiempos difíciles. Frente a la impunidad con la que los seguidores de Batasuna coreaban otras veces a ETA, que estaba siempre presente con algún gesto protagonizado por sus encapuchados, ayer los goras (vivas) a la organización terrorista sonaron muy medidos y sólo fueron sonoros tras el homenaje que se rindió a los muertos de la banda y de la propia Herri Batasuna durante estos años.
Las consignas en favor de los presos y la independencia fueron mucho más numerosas que las que mencionaron a ETA.
Durante las tres horas del acto se realizó un exhaustivo recorrido por los 25 años de la historia de la izquierda abertzale sin que en el guión -una combinación de música, vídeos y discursos- hubiera asomo de autocrítica. Más bien al contrario, los dirigentes de Batasuna insistieron en atribuir a su lucha y resistencia durante este cuarto de siglo el debate actualmente planteado sobre la modificación de los Estatutos de autonomía, incluso la reforma que se va a acometer de la Constitución.
"Al observar la realidad, esta nos indica que estamos en el buen camino; que hemos ganado", declaró un eufórico Otegi, insistiendo en que muchos hubiera querido ver a "Batasuna enterrada" y "creían que no íbamos a llegar hasta aquí".
El mismo tono reivindicador de la historia que ha protagonizado la izquierda radical con el objetivo de animar y aunar a una militancia a la que necesitan para afrontar con cierta fuerza un proceso final utilizó el veterano Jon Idigoras en una breve intervención. El antiguo portavoz de Herri Batasuna, que subió al estrado acompañado de la histórica Itziar Aizpurua, utilizó su encendida retórica como en los viejos tiempos.
"La izquierda abertzale está más viva que nunca, a pesar de los esfuerzos represivos", dijo. Pero a continuación enfocó hacia el futuro afirmando que es preciso abrir nuevos caminos para lo que Batasuna está dispuesta a asumir riesgos. Aunque situó los límites: "No vamos a retroceder después de haber llegado hasta aquí", dijo. "La izquierda abertzale nunca traicionará los principios de soberanía e independencia. Que sepan los torturadores y los apóstoles de la claudicación y la separación que han fracasado. Aquí hay un pueblo dispuesto a luchar hasta la victoria final".
Un acto tolerado
Aunque la ilegalizada Batasuna celebra clandestinamente sus asambleas nacionales desde que el juez Garzón acordó en agosto de 2002 la suspensión cautelar de sus actividades, ayer pudo celebrar sin obstáculos su acto político en el Velódromo de Anoeta. Significó el regreso tolerado de la izquierda abertzale a un escenario habitual, porque ha acogido muchas de sus concentraciones en las últimas décadas.
Ni el Departamento vasco de Interior, ni la Fiscalía, ni la Delegación del Gobierno en Euskadi adoptaron medida alguna para evitar la reunión de Batasuna, pese a que su celebración había sido anunciada con más de tres semanas de antelación. La única objeción provino del PP de San Sebastián, que criticó al alcalde, el socialista Odón Elorza, por alquilar el recinto municipal a un partido situado fuera de la ley.
Quizá como contrapartida de hacer la vista gorda al acto, del que se ha responsabilizado el miembro de la Mesa Nacional Joseba Álvarez, su desarrollo fue muy contenido. Batasuna no renunció a sus iconos y efectistas montajes audiovisuales, pero no exhibió la efervescencia combativa y parafernalia pro ETA de otras veces. Entre las fotografías de caídos de la izquierda abertzale proyectadas ayer estaba la de Pertur, dirigente de ETA (p-m) que desapareció en 1976 cuando tenía de compañeros a etarras que luego pasaron a ETA militar y llegaron a dirigir esa banda.
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