La Iglesia Metodista acepta por primera vez a una pastora lesbiana
Un tribunal eclesiástico formado por 13 religiosos acepta a Dammann
Karen Dammann, la pastora de la Iglesia Metodista Unida que ha revelado su homosexualidad, podrá seguir ejerciendo, tras absolverla el pasado sábado de toda culpa un tribunal eclesiástico de 13 personas. Dammann podrá volver a su congregación de Bothell, cerca de Seattle. El veredicto fue acogido con alivio y satisfacción por el grupo cristiano, el tercero de Estados Unidos, que, como otras iglesias del país, lleva años intentando resolver una cuestión polémica para los fieles y para la institución.
El jurado tomó su decisión "después de horas y horas de penosas deliberaciones". La sentencia alivió a todo el mundo, incluso al pastor que dirigió la acusación. "Nuestro proceso es justo", comentó James Finkbeiner, tras conocer la sentencia. "Desde un punto de vista personal, me alegro de haber perdido". "Ha sido muy intenso, a veces demasiado", declaró Dammann, de 47 años, que lleva 10 ejerciendo de pastora. "Para la Iglesia, esto significa una nueva etapa de luchas, soy muy consciente de ello; va a ser doloroso".
Meredith Savage, su pareja, se apresuró a llamar al hijo de ambas y confirmarle que "mamá había ganado". El arzobispo de Seattle, Rody Rowe, reconoció que el veredicto iba a molestar a algunos de sus fieles. "La Iglesia no comparte una misma idea. Creo que este tema seguirá debatiéndose hasta que la sociedad termine por aceptarlo". Dammann se arriesgó a perder el puesto cuando el Día de San Valentín de 2001 mandó una carta a su obispo, informándole de que estaba "viviendo una relación homosexual" y que se había comprometido secretamente con su pareja, con la que estaba criando un hijo.
Mentir a la Iglesia, dijo a su obispo, se había convertido en algo insoportable. "Era horrible", declaró la pastora a The New York Times poco antes de empezar el juicio.
La Iglesia Metodista Unida, la tercera congregación cristiana de EE UU, después de los católicos y los baptistas, con más de ocho millones de adeptos, lleva desde 1972 luchando con el tema gay. En aquel año declaró a los homosexuales "personas con una valía sagrada", pero juzgó la homosexualidad "incompatible con las enseñanzas cristianas". Su libro de disciplina prohíbe desde entonces que "personas que admitan ser homosexuales practicantes" sean ordenadas o sirvan como clérigos.
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