'El Quijote' como "obra global" ilustra el surgimiento de una nueva conciencia universal
Varios expertos analizan las relaciones internacionales desde la óptica de la obra cervantina
Los motores de la celebración del IV centenario de la gran obra universal que es el Quijote empiezan a calentar. Nuevas lecturas, aplicaciones prácticas del mito para el futuro y el presente van extrayéndose por los expertos, como los que se reúnen desde ayer en Madrid para analizar el cambio de mentalidad, la apertura y la dimensión globalizadora de la obra, como sostiene Roger Chartier, codirector del encuentro Europa, América y el Mundo: tiempos históricos, que utiliza la novela de Miguel de Cervantes para extraer conclusiones sobre las relaciones transversales entre los continentes.
Cervantes como gran filósofo español, el que se da la mano con Kant, el que marca los pasos de una primera conciencia hispánica, que se convierte en latina y después en universal. Don Quijote como caballero en crisis con lo antiguo, cabalgador a lomos de un nuevo mundo, construido sobre las ruinas putrefactas de otro, que va desentrañándose y construyéndose hasta hoy en complejas y completas relaciones internacionales. La importancia de una obra que es "global", a juicio de Chartier, responsable de la Escuela de Estudios Superiores de Ciencias Sociales en París y profesor en la Universidad de Pennsylvania, que se defiende bien en "español cojuelo", dice. "Sí, global, porque traspasa rápidamente las fronteras. Desde que se imprime en Madrid en 1605 no tarda en traducirse al inglés, francés, al toscano y al alemán. Además, en 1612, en México ya se hacían representaciones callejeras con personajes de la obra", asegura Chartier.
Todo eso y más está siendo analizado por sabios de los cinco continentes desde ayer en Madrid, en un encuentro organizado por el Colegio Libre de Eméritos y las Fundaciones Carolina y Rafael Pino, en cuya sede (Rafael Calvo, 39) se celebran los encuentros internacionales, cuyas primeras sesiones tienen lugar hoy y mañana, pero que continuarán en otoño de este año y terminarán en 2005, el año del centenario.
"¿Cuál es el tiempo del Quijote?", se pregunta Chartier. "Es el de la incertidumbre, el desencanto sobre un mundo que desaparece y donde se afronta una nueva era. Una herramienta que nos puede servir para analizar situaciones históricas análogas", afirma el pensador francés, sobre el que se puede muy bien traer la lectura que proponía el otro día el poeta Luis García Montero, cuando decía que había que aprovechar el IV centenario de la obra para que algunos se identificaran con el derrumbe moral de una época. "Él construía su conciencia sobre la base de las novelas de caballerías; nosotros, los que la construimos sobre la Constitución y los derechos humanos, nos sentimos igual de perdidos cuando leemos que todo el mundo tiene derecho a una vivienda digna o a la libertad de expresión", aseguraba el poeta.
"El Quijote es el libro de los libros, su lectura es siempre necesaria y arriesgada, un mito de nuestro tiempo, y se le puede relacionar con la conciencia kantiana y las ideas de la Ilustración, aunque no todo lo que queramos buscar lo podamos encontrar en él", comenta Chartier.
El primer encuentro está dirigido por Chartier y Antonio Feros, profesor de historia moderna de Europa en Pennsylvania también. "En estas sesiones trataremos tres procesos históricos", aseguró ayer el profesor francés en la presentación de los ciclos en el Ministerio de Asuntos Exteriores, con Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, como anfitrión, y con la presencia de Alfredo Pérez de Armiñán, del Colegio de Eméritos, y otros participantes en la sala. "El primero", siguió Chartier, "es la formación de una conciencia de Europa que supera los Estados nacionales y las tensiones y los conflictos que se generan en contra de la misma; el segundo, la invención de América y su conciencia de identidad, y el tercero, las relaciones entre ambos continentes como ejemplo de las relaciones internacionales modernas", asegura.
"Se trata de entender las conexiones culturales entre ambos mundos, que se construyen sobre la base de relaciones clásicas, pero que tienen dos vertientes muy claras, una manera anglosajona de ver el mundo y otra latina", afirma Feros. Pero los análisis no se limitarán a visiones occidentales de todo. "Queremos otros puntos de vista sobre Occidente. Por eso hemos incluido al profesor Talal Asad, de la City University of New York, que hablará sobre el choque de civilizaciones desde la óptica musulmana, y a Dipesh Chakrabarty, de la Universidad de Chicago, que abordará el compromiso asiático con la Ilustración europea", agrega Chartier.
Las sesiones son abiertas al público hasta que se complete el aforo. "No son para eruditos, queremos que sirvan para todo el público interesado", concluye Roger Chartier.
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