El gasoducto con Argelia atravesará el parque natural Cabo de Gata
Los ecologistas rechazan el proyecto, ya remitido al Ministerio de Medio Ambiente
El gasoducto Argelia-España, segundo del continente africano con la Península, atravesará el parque natural Cabo de Gata-Níjar en su extremo occidental, cerca de la capital almeriense. A diferencia del gasoducto existente, que desde Marruecos cruza el Estrecho, el que ahora proponen Cepsa y sus socios europeos enlazará los pozos argelinos con Almería por una conducción submarina. Se han iniciado las consultas ambientales. Los ecologistas sostienen que la actual red de suministro es suficiente y la nueva conducción sólo sirve para acercar el gas argelino a los mercados europeos.
El gasoducto Argelia-España es una conducción directa que conectará los yacimientos de Hassi R'Mei con la península sin tocar Marruecos. Con un coste de 600 millones de euros, tendrá una longitud de 1.020 kilómetros, de los que 200 irán sumergidos sobre el lecho del Mediterráneo a 2.000 metros de profundidad, y otros 270 kilómetros serán de tubería enterrada entre Almería y el enlace con la red gasística española en Albacete. Los ecologistas ya han comunicado al Ministerio de Medio Ambiente que lo rechazan, no sólo por su impacto ambiental sino porque estiman que no hace falta.
El proyecto no es nuevo. La idea de una conexión gasística directa sin pasar por un tercer país data de los años setenta. Entonces se barajaron cuatro alternativas de trazado, pero ninguna fructificó por las dificultades técnicas y socioeconómicas. Ahora ha recobrado fuerza de la mano de dos grandes socios promotores, Cepsa y Sonatrach (un 20% cada una), junto a otros como BP, Total, Endesa, Gaz de France e Iberdrola, el 12% cada una. Entre todas han creado Medgaz para ejecutar el proyecto.
Medgaz ha obtenido luz verde del Ministerio de Economía y lo ha puesto en marcha. Hay experiencias en Oriente Medio, Turquía, mar Negro, golfo de México o el mismo Mediterráneo (Sicilia y Córcega) en que se han desarrollado con éxito enormes conducciones gasísticas con tuberías que reposan en lechos marinos a más de 2.100 metros de profundidad.
La consultora angloholandesa Intec, especialista mundial en estos trabajos, ha redactado el proyecto hispanoargelino. En una primera fase transportará más de 8.000 millones de metros cúbicos anuales de gas a presión con destino a la Península, y alrededor de 20.000 a partir de 2011 para los mercados europeos, cuando esté operativa la segunda de las dos tuberías gemelas.
En la memoria resumen del proyecto, remitida por sus promotores a Medio Ambiente para las consultas preliminares al estudio de impacto ambiental, ya se reconocen las dificultades técnicas y ambientales de la iniciativa.
"Los condicionantes existentes en los años setenta son aún válidos en la actualidad", dice el informe. "El corredor macroscópico Benisaf-sur de la provincia de Almería es el único factible. Dentro de ese corredor, de una anchura máxima de 30 millas náuticas, se han estudiado varias alternativas, tanto de trazado submarino como de llegada a tierra y combinaciones de ambas. Ni el trazado directo hasta Carboneras ni los más occidentales son técnicamente factibles", dice el documento redactado por la consultora Inypsa.
El problema surge al perfilar los trazados viables. El corredor es extremadamente estrecho y tiene condicionantes ambientales, tanto en la aproximación a la plataforma continental española como en su aproximación a tierra y el punto de llegada. Todo ese territorio marítimo-terrestre figura integrado dentro del perímetro del parque natural del Cabo de Gata-Níjar.
El propio informe reconoce que estos condicionantes suponen "graves dificultades técnicas" para el enlace del gasoducto con tierra firme.
Como es preceptivo en la legislación de impacto ambiental, Medgaz analiza seis alternativas diferentes, pero se inclina claramente por una sola, la quinta: la que introduce el gasoducto a una milla del faro del Cabo de Gata y discurre en paralelo a esa distancia de la costa, hasta penetrar por la playa del Charco entre la Rambla Morales, de dominio público, y San Miguel de Cabo de Gata. La conducción iría soterrada y cruzaría tres kilómetros del parque natural, hasta enlazar fuera de su perímetro con el gasoducto Almería-eje central.
El presidente de la Sociedad Española de Cetáceos, Ricardo Sagarmínaga, ha dirigido una carta a Medio Ambiente en donde muestra su "preocupación" por el riesgo potencial de las obras sobre las colonias de fizios (cetáceos de entre cuatro y siete metros de envergadura) y otras especies hermanas residentes en la zona. "Nos ha sorprendido que hayan elegido esta zona de tantas corrientes", añade. Sagarmínaga dirige aquí un proyecto Life, financiado por la Unión Europea y apoyado por el ministerio, para la conservación de un espacio marino considerado el más importante de Europa en cetáceos. Él mismo y la sociedad que preside se brindan a facilitar a Medgaz toda la información que necesiten sobre las colonias de cetáceos que habitan entre Almería y la isla de Alborán.
Proyecto "no justificado"
Por su parte Francisco Toledano, coordinador de Ecologistas en Acción en Almería, sostiene que el proyecto "no ha justificado" la demanda que debe atender, ya que "su dimensionamiento final dependerá de la demanda en otros países de la Unión Europea". Todas las infraestructuras de entrada gasística existentes en España "superan ampliamente las necesidades", añade, por lo que piden al Ministerio de Medio Ambiente que declare la nulidad del expediente y no autorice el proyecto. Sobre la opción quinta elegida, Toledano estima que resulta la de mayor impacto ambiental, porque en Rambla Morales existe una colonia de patos malvasía y la tubería afectaría más adelante a la mayor concentración mundial de Androcymbium europaeum, un endemismo actualmente en peligro de extinción. No obstante, Toledano está convencido de que el proyecto se llevará a cabo porque la Junta de Andalucía quiere que Almería tenga gas.
Hermelindo Castro, director general de la Red de Espacios Naturales de Andalucía y muy conocedor de la zona porque investigó en ella antes de acceder a la Administración autonómica, no es tan pesimista. Ellos sólo informarán sobre el trayecto del gasoducto que transcurre fuera del parque; el que lo cruza atraviesa zonas de dominio público, gestionadas por la Administración estatal.
Castro no pone objeciones al trazado a través del parque, ya que transcurre todo él por zonas clasificadas como C, por el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN). Esta categoría permite compatibilizar la conservación de un espacio con servicios y nuevos aprovechamientos, siempre que no resulten lesivos. Los promotores se comprometen, no obstante, a realizar más estudios de detalle para identificar un trazado óptimo, por los espacios marinos y terrestres protegidos.
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