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Reportaje:

Información contra el tópico

El Hospital Psiquiátrico de Álava abre sus puertas a visitas guiadas en una experiencia inédita en Euskadi

A punto de cumplir su primer decenio de vida, el Hospital Psiquiátrico de Álava es la mejor infraestructura en su especialidad de todo el País Vasco. Siempre en vanguardia (su unidad de psicosis refractaria es única en España), su última iniciativa ha sido la apertura de sus puertas a visitantes ajenos a los propios pacientes. El programa, inédito en Euskadi, supone un intento más, y valioso, de luchar contra un estigma que hunde sus raíces en lo más oscuro de la historia humana.

En un mundo plagado de eufemismos y lenguaje políticamente correcto, hay ocasiones en que la renovación del lenguaje no sólo se agradece, sino que se convierte en imprescindible, porque las connotaciones abruman el significado original de las palabras. Por eso, si se acude a visitar un hospital psiquiátrico para ver cómo se atiende a los enfermos mentales, la disposición es otra que si el destino es el manicomio, donde se aloja a alienados.

El Psiquiátrico de Vitoria se encuentra al sur de la ciudad, muy cerca de Las Nieves, ahora flamante biblioteca universitaria, pero que hasta 1994 alojó a los enfermos mentales de Álava. Todavía ahora, pese a la renovación y el cambio de usuarios, sus largos pasillos con techos elevados no han perdido ese aire riguroso, oscuro y frío que la imaginación otorga a las residencias psiquiátricas. Percepción que aumenta al saber que el primer psiquiatra que entró en este edificio lo hizo 40 años después de su fundación en 1907. En aquel inmueble se ingresaba calificado de loco o demente y pocas veces se salía a la calle de paseo.

Afortunadamente, los 250 pacientes ingresados en el nuevo psiquiátrico están atendidos por un competente equipo de 210 profesionales entre médicos, enfermeras, administrativos,... Cada paciente tiene asignados una enfermera y un auxiliar, que llevan personalmente su caso, con el fin de generar el mayor grado de confianza entre cuidador y enfermo. La mayor parte de los internos mantiene una frecuente relación con el exterior. Y desde hace unos meses, el hospital se ha abierto a la sociedad.

La última visita tuvo como protagonista a un grupo de alumnas de 2º de Bachillerato que estudian Psicología como asignatura optativa. Después de que les recibiese el director del centro, Jesús Muñoz, pasaron al salón de actos, donde asistieron a una pequeña conferencia de 20 minutos sobre el hospital y sus usuarios.

Lo primero que se les presentó fueron los objetivos de la visita: la lucha contra el estigma y dar a conocer el trastorno mental. Y, aunque no se citó expresamente, también se pretende mostrar unas instalaciones impecables, diáfanas y acogedoras, reflejo de una eficacia asistencial que en 2001 fue reconocida con la Q de Plata por la Fundación Vasca para la Calidad.

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El hospital cuenta con 254 camas en seis unidades de Gerontopsiquiatría (tres), Larga Estancia (dos), Media Estancia y Psicosis Refractaria, además de las dependencias de mantenimiento, desde la cocina a la farmacia. Como a esas horas (la visita es de nueve a once de la mañana) todavía no han desayunado los pacientes, las estudiantes visitaron primero estas instalaciones para ir pasando poco a poco por las salas donde los enfermos pintan o realizan trabajos manuales. El recorrido se asemeja a un paseo por una gran residencia donde lo habitual es cruzarse por el pasillo y charlar con los alojados y el personal de servicio. Nada que ver con el tópico.

Buena recepción

La unidad de Psicosis Refractaria del Hospital Psiquiátrico alavés es la única del centro en la que las habitaciones son individuales y los enfermos ingresan siempre en contra de su voluntad. Son, en su mayor parte, jóvenes que pasan parte de su tiempo en una sala de reuniones amplia, cargada de humo desde primera hora. La visita les alegra la mañana, en este caso la de las alumnas de 2º de Bachillerato, a las que los ingresados saludan con educación. Las estudiantes se ríen al escuchar los piropos de los jóvenes enfermos.

El encuentro, controlado a media distancia por los médicos y enfermeros del hospital, transcurre con una normalidad que se agradece y que es quizá la mejor expresión de la buena recepción que ha tenido la iniciativa entre pacientes, familiares y trabajadores del Psiquiátrico.

Las visitas al centro hospitalario pueden concertarse en el teléfono 945 006 555.

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