Esquerra y CiU mantienen sus diferencias en las medidas anticorrupción y en el programa social
Convergència i Unió (CiU) y Esquerra Republicana (ERC) mantuvieron ayer sus diferencias en dos temas claves para los republicanos: las medidas anticorrupción y las prioridades de carácter social, como, por ejemplo, educación, medio ambiente y el Plan Hidrológico Nacional.
El optimismo con que CiU resumió la tercera reunión negociadora contrastó con el diagnóstico de los republicanos que, en su comparecencia informativa, insistieron en subrayar las discrepancias de fondo. "En algunos temas sí estamos encallados", manifestó el diputado de ERC, Joan Puigcercós, en abierta contradicción con lo afirmado minutos antes por el negociador de CiU, Josep Antoni Duran Lleida.
La elocuente frase de Puigcercós tras la primera reunión con CiU -"los 23 años de gobierno le pesan a CiU como una losa"- volvió a aflorar en las negociaciones. "Seguimos buscando instrumentos de futuro, de gestión clara, transparencia y buen gobierno", declaró el republicano, pese al compromiso anunciado por CiU de auditar las cuentas de la Generalitat.
Divergencias educativas
Ambas formaciones mantienen también divergencias en temas educativos, sobre todo en la firma de conciertos con las escuelas de élite -repetidamente denunciados por la izquierda la pasada legislatura- y en la opacidad de los requisitos que permiten a los colegios concertados seleccionar a sus alumnos. "También encontramos pegas", manifestó el otro interlocutor de Esquerra, Ernest Benach, "en otro asunto como el Plan Hidrológico Nacional", aprobado en el Congreso con los votos de CiU y PP.
El contraste entre la actitud de ERC, que resaltaba las diferencias, y la de CiU, que las minimizaba, quedó patente también en otros temas en los que los convergentes habían aceptado las condiciones de los republicanos, como la reforma del Estatuto o el nuevo modelo de financiación.
Respecto a la reforma estatutaria, ERC quiere arrancar de CiU y PSC un compromiso sobre la estrategia a seguir en caso de que las Cortes la rechacen, aunque no lo considera una condición imprescindible para pactar. "Somos conscientes de que si el Parlament aprueba un proyecto de Estatut, estamos convencidos de que las Cortes también lo aprobarán, y si no lo hacen habrá un problema político de tal envergadura que habrá que darle respuesta; y una de las posibilidades es una consulta popular, pero ya hablaremos de ello", afirmó Duran Lleida. "CiU no se ha mojado demasiado. No nos satisface", contestó Puigcercós.
Respecto al nuevo modelo de financiación, ambas formaciones nacionalistas defienden uno similar al concierto económico vasco, mientras que el PSC lo sitúa dentro del régimen general pero bajo un novedoso criterio: que las comunidades aporten en función de su renta y reciban según la población. En este punto, Puigcercós aclaró: "El nombre es lo de menos. El concierto económico no determina una fórmula, y hay que estudiar una que nos satisfaga".
Los dirigentes de CiU insistieron ayer en la necesidad de incorporar a los socialistas al Gobierno, bien ahora o dentro de unos meses, tras un acuerdo CiU-ERC. Jordi Pujol emitió un comunicado en este sentido, pidiendo a los republicanos que "presionen" al PSC para que acepte el gobierno tripartito.
El presidente ya se lo había expresado en persona el lunes a Josep Lluis Carod Rovira durante el transcurso de un almuerzo en casa de un amigo común. El encuentro no se celebró, tal como se afirmaba ayer, en casa de Miquel Sellarés, uno de los fundadores de Convergència e integrado ahora en una plataforma de apoyo a Carod.
