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Reportaje:EL NUEVO MAPA DEL MUNDO ISLÁMICO

Irán teme perder el protagonismo del mundo chií

Los ayatolás debaten el traslado de sus seminarios desde la ciudad iraní de Qom a la iraquí de Nayaf

El estancamiento de la revolución islámica iraní y la "liberación" de los lugares santos chiíes de Nayaf y Kerbala, que se encontraban bajo el yugo de Sadam Husein, han desatado el temor en Teherán a perder el protagonismo del mundo chií. Ya está abierto el debate entre los grandes ayatolás y mulás (clérigos) sobre la restauración de Nayaf como centro neurálgico de la fe de quienes tomaron partido, en el siglo VII, por Alí, yerno y primo del profeta Mahoma. En mitad del desierto, y a 140 kilómetros al sur de Teherán, Qom, el actual Vaticano chií, era hasta el establecimiento de la República Islámica, en 1979, una ciudad casi olvidada.

Los que derrocaron al shah hicieron de Qom un importante lugar de peregrinaje, pero sobre todo un inmenso seminario, donde más de 35.000 estudiantes de teología y mulás buscan entre las líneas del Corán la sabiduría, guiados por ayatolás y grandes mustahid. Estos últimos son ayatolás con el poder de pronunciar fatwas -decretos religiosos-, que sustentan sus propias escuelas con las contribuciones que reciben de sus seguidores y sobre todo de los comerciantes que siguen el precepto islámico de entregar un quinto de sus ganancias.

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En la fuente de contrastes del Irán actual, casas de adobe y viejas callejas sin asfaltar se mezclan con avenidas y edificios que recuerdan el pasado reciente de una ciudad que ahora tiene un millón de habitantes. Sobre Qom pesa un aire medieval alimentado por multitud de turbantes blancos o negros (sólo para los descendientes de Mahoma) y, sobre todo, por los amplísimos chadores negros con que se cubren todas y cada una de las mujeres que se ven por la ciudad, algunas incluso con la cara oculta completamente bajo un velo negro.

Muchos de los ayatolás establecidos en Qom nacieron en Irak, como Abas Kashani, de 75 años, que se vanagloria de que durante casi tres siglos sus ascendientes fueron grandes mustahid en Kerbala. El régimen de Sadam detuvo a Kashani en 1974 y, después de confinarlo en una celda aislada durante 75 días, lo mandó al destierro y se refugió en Irán. Ahora sueña con volver, aunque su delicado estado de salud tal vez no se lo permita. Desde su lecho, Kashani sigue formando a mulás y recibe a EL PAÍS. El mensaje es claro: "Nayaf es el corazón del chiísmo y ha de ser su principal escuela junto con Kerbala, donde ya se encuentra el gran mustahid Alí Sistani, quien actualmente es el mayor líder espiritual y religioso chií".

El mulá Husain Varmazyar permite que se le entreviste a la salida de la mezquita de Hazart Masumé -hermana del imán Reza, el octavo de los 12 imanes infalibles de los chiíes-, el lugar más sagrado de Qom, donde miles de mujeres iraníes y de otros muchos países como Irak, Afganistán, Pakistán, Líbano o India se apretujan en su interior. Algunas lloran compulsivamente agarradas a los barrotes de la tumba o a las puertas que dan acceso al santuario.

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Varmazyar, de 40 años y originario de Aznar, un pueblecito de la provincia de Lorestan (oeste de Irán), asegura que dejó la ingeniería naval porque recibió "la llamada de Alá para que promulgase el islam". El mulá, que acababa de volver de Irak, también se manifestó a favor de trasladar a Nayaf y Kerbala, "tan pronto como haya seguridad", buena parte de las escuelas teológicas de Qom, porque "chiísmo sólo hay uno y su cuna está en Nayaf".

Aunque Varmazyar no cree que deba establecerse una República Islámica en Irak, considera que el Gobierno del vecino país debe ser islámico, porque "Dios ha creado el islam como una religión completa para ésta y la próxima vida", y la política no es otra cosa que observar los preceptos islámicos. "Política y religión son las dos caras de la misma moneda", afirma, para destacar la "enorme misión" que los chiíes tienen por delante en Irak.

Todos los teólogos chiíes se congratulan de la oportunidad que les brinda la caída del régimen de Sadam para expandir la fe de quienes apostaron -Alí y su hijo Husein- por defender a los pobres y a los marginados frente al poder que representaba el califato omeya, pero los ayatolás más cercanos al régimen de Teherán se oponen a trasladar el centro de la enseñanza chií desde Qom a Nayaf. Entre ellos, el ayatolá Hadari Tehrani asegura que en la actualidad todos los chiíes siguen las enseñanzas del imán Jomeini y, por tanto, "Qom debe permanecer al frente de la formación del clero chií, aunque apoyado por Nayaf".

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