_
_
_
_

El Alarde mixto logra desfilar por primera vez por las calles de Hondarribia

La compañía Jaizkibel hizo su recorrido tras la marcha tradicional y escoltada por la Ertzaintza

El Alarde mixto, en el que tanto hombres como mujeres pueden participar como soldados, desfiló ayer por primera vez por las calles de Hondarribia, después de siete años de fallidos intentos. Bajo la fórmula legal de manifestación reivindicativa y custodiada por la Ertzaintza, la compañía Jaizkibel inició su marcha cuando el Alarde tradicional, en el que el papel de las féminas se limita al de cantineras, daba sus últimos pasos. Al ritmo de tambores y pífanos, la formación mixta se estrenó sin incidentes por algunas de las calles que momentos antes habían recorrido las agrupaciones tradicionales.

La compañía Jaizkibel, integrada por casi un centenar de personas, se reunió sobre las 8.30 en el lugar que antaño ocupó la plaza de toros. A las 9.00 acudió a buscar a casa a su cantinera apoyada por decenas de personas, entre las que se encontraban la directora de Emakunde, Txaro Arteaga, y la ararteko en funciones, Mertxe Agúndez. A esa misma hora, el Alarde tradicional, compuesto por 4.250 hombres y 20 cantineras y respaldado por la mayoría del pueblo, arrancó desde la plaza Árbol de Gernika.

Mientras el desfile organizado por la entidad privada Alarde Fundazioa recorría las calles de la localidad, la compañía Jaizkibel se volvió a congregar en el espacio del antiguo coso, a la espera del inicio de su manifestación, previsto con el permiso de Interior para las 11.00 en la plaza Árbol de Gernika. Desde allí, y cuando la marcha tradicional autorizada por el Ayuntamiento pasó por la calle Harresi Landa, miembros de Jaizkibel desplegaron desde un alto una pancarta con el lema Por un alarde público y no discriminatorio. Emakumeak alardean, gesto que fue respondido con algunos gritos de "fuera".

Pitidos y aplausos

A las 11.00, y escoltada por más de medio centenar de ertzainas, la agrupación mixta se dirigió hacia la plaza Árbol de Gernika, a la que no pudo acceder hasta casi media hora después, pues el desfile tradicional todavía discurría por sus inmediaciones. Por fin, pasadas las 11.30 y arropada por los aplausos de sus seguidores, la compañía Jaizkibel inició su desfile encabezado por la citada pancarta. Enfiló por la calle Mayor, disparó las tradicionales salvas en la plaza de Armas y continuó su recorrido hasta acabar en la calle San Pedro, punto central de la vida social de Hondarribia. Allí, se oyeron pitidos e insultos aislados contra la formación mixta, acallados por los aplausos y expresiones de apoyo de sus defensores.

La capitana de Jaizkibel, Isabel Alkain, calificó de "punto de inflexión" el haber podido desfilar por primera vez, después de anteriores ediciones en las que fueron "golpeadas y secuestradas con el beneplácito del Ayuntamiento y las instituciones".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"Es hora de que los políticos empicen a trabajar de verdad", subrayó Alkain. Y recordó al Consistorio la existencia de una sentencia que le indica que, aunque no tenga obligación de organizar un Alarde, como representante de todos los ciudadanos debería impulsar un desfile público y no discriminatorio.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_