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El Gobierno de Portugal declara zona catastrófica todo el país por los incendios

"No hay memoria de una tragedia como ésta", dice el primer ministro, Durão Barroso

El primer ministro de Portugal, José Manuel Durão Barroso, declaró en la madrugada de ayer el país entero "zona catastrófica" por los incendios incontrolados que devastan casi todo el territorio. El Gobierno de Lisboa ha destinado 50 millones de euros para paliar los efectos del fuego: apoyo a las víctimas mortales, subvenciones a las familias que han perdido sus bienes o su empleo y una línea de crédito especial para la recuperación de infraestructuras en los municipios. "No hay memoria de una tragedia como ésta", afirmó Durão Barroso. Las asociaciones de bomberos dicen que las medidas son insuficientes.

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En la última semana, 15 de los 18 distritos portugueses han sido afectados por las llamas. Han muerto 10 personas, la última ayer, otras tres están desaparecidas, docenas de pueblos han sido evacuados, cientos de casas, aserraderos y centros para la producción de aceite han sido consumidos por el fuego. La Dirección General de Bosques estimó ayer que unas 54.000 hectáreas han resultado calcinadas en los últimos ocho días.

El Itinerario Principal 5 (IP5, carretera nacional) que une Portugal a España quedó ayer cortado al tráfico en la localidad de Vilar Formoso, fronteriza con la provincia de Salamanca, debido a un violento incendió cerca de la ciudad lusa de Guarda, informó a Efe una fuente de la Brigada de Tránsito. La importante ciudad de Guarda, situada a unos 350 kilómetros al noreste de Lisboa y a 68 kilómetros de la localidad salmantina de Fuentes de Oñoro, quedó prácticamente aislada del resto del país, ya que por la carretera nacional 16 tampoco se podía circular.

Ayer, en un día en que los bomberos y protección civil consideraron más tranquilo tras un fin de semana de verdadero caos, unos setenta focos seguían activos. Pero la situación corre el riesgo de agravarse en las próximas horas. El Instituto de Meteorología portugués anunció que las temperaturas subirán por encima de los 40 grados a partir de mañana, al tiempo que bajarán los niveles de humedad. El Ministerio de Administración Interna lanzó la advertencia a la población añadiendo que la "tragedia" está lejos de terminar.

Ante este diagnóstico, las asociaciones de bomberos critican la decisión del Gobierno de limitarse a decretar una situación de catástrofe y no activar el Plan Nacional de Emergencia. Cuando se pone en marcha este tipo de plan, se movilizan todos los medios, privados o civiles, a escala nacional, mientras las medidas anunciadas ayer por el Ejecutivo de Lisboa se limitan a ayudar a personas y zonas afectadas por los incendios.

El presidente de la Liga Nacional de Bomberos, Duarte Caldeira, declaró a la radio TSF que el Gobierno ha tardado en reaccionar y que no ha movilizado todos los medios disponibles y necesarios para afrontar la dimensión del problema y dar suficiente apoyo a las corporaciones de bomberos. Los habitantes de muchos pueblos denuncian que llevan días cercados por las llamas sin ver a un solo bombero.

El primer ministro reiteró varias veces que se han tomado todas las medidas posibles y que se trata de una situación especial, incontrolable para cualquier Gobierno. En la noche del domingo, Portugal activó el llamado Mecanismo de Protección Civil de la Unión Europea, un protocolo de ayuda común en situaciones catastróficas.

Santarém (en el centro de Portugal), Castelo Branco y Portalegre (en la frontera con Extremadura) eran ayer los distritos más afectados por el fuego. Éstas han sido también las zonas más castigadas por las llamas en la última semana. En el municipio de Sertã (Castelo Branco), los bomberos encontraron ayer un cuerpo carbonizado e informaron de que al menos tres personas se encuentran desaparecidas. El comandante de la corporación de bomberos local, Manuel Oliveira, declaró a la televisión SIC que sus hombres llevan 18 días consecutivos combatiendo incendios: "Ya no tenemos ningún tipo de estructura. Los hombres luchan todo lo que pueden, luego van al cuartel para dormir algunas horas y vuelven enseguida al frente. No podemos más".

Las escenas dramáticas del fin de semana se repitieron ayer en varios pueblos de estos distritos. Sin ningún tipo de protección, la población de muchas aldeas asistió impotente al avance de las llamas hacia sus casas. En Abrantes (Santarém), un cuartel del Ejército estuvo directamente amenazado durante varias horas. Un pequeño pueblo de 25 habitantes tuvo que ser evacuado. Se calcula que varios centenares de personas han sido obligadas a abandonar sus casas en los últimos dos días.

Durante la mañana de ayer, y tras una madrugada con temperaturas un poco más bajas que en los días anteriores, la situación parecía bastante controlada en casi todo el territorio, pero las horas de mayor calor, durante la tarde, descontrolaron algunos frentes de incendio. Fue el caso de un foco en Portalegre, en la frontera con Badajoz, donde las llamas han consumido en los últimos días unas 12.000 hectáreas de un parque nacional.

Unos 3.000 bomberos, un millar de militares y una docena de aviones portugueses luchan contra los incendios. En los distritos más afectados hay carreteras cortadas, no hay electricidad y la mayoría de los teléfonos no funcionan.

El fuego amenazaba ayer la ciudad de Abrantes, en el centro de Portugal.
El fuego amenazaba ayer la ciudad de Abrantes, en el centro de Portugal.EFE

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