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La Groove Parade reúne 25.000 personas en los Monegros

La novena edición de la 'rave' más popular de España toca techo y colapsa la red viaria

A la novena fue la vencida. Después de ocho ediciones de paulatino crecimiento, la Groove Parade de los Monegros alcanzó su techo en la novena edición, clausurada ayer a primeras horas de la tarde, después de haber dado asueto a más de 25.000 personas durante casi 20 horas de programación ininterrumpida. Con esta edición, marcada por un tremendo atasco en las carreteras, la Groove Parade se afianza como la rave más popular de España.

Los 40.000 metros cuadrados de finca rústica que en el desierto de los Monegros acogen la rave estuvieron a punto de resultar insuficientes y la organización tuvo que cerrar las puertas del recinto a las cuatro de la mañana del domingo. El espectáculo ya comenzó en la tarde del sábado, cuando una enorme caravana de automóviles colapsó los 15 kilómetros que separan Fraga de los terrenos en los que se celebró la Groove Parade. Mientras el sol se ponía tras las colinas como un vinilo incandescente, el hormigueo azul de las luces de la Guardia Civil hacía lo imposible por mover aquel descomunal e inmóvil gusano de coches.

Por término medio, el público empleó entre dos y cuatro horas en llegar al aparcamiento de la rave, todo y que muchos improvisaron rutas por caminos de tierra que al ser transitados regalaban al árido paisaje enormes estelas de polvo color canela. Y a todo esto no se oyó ni un bocinazo, sino los equipos de audio de los automóviles que, abiertas las puertas, improvisaban fiestas para amenizar la espera.

Precisamente el comportamiento cívico del público fue lo primero que destacó Juan Arnau cuando, pasadas las cinco de la mañana de ayer, realizó un apresurado balance de la novena edición de la rave que inventó a partir de la discoteca que regenta, la popular Florida 135, de Fraga. Más adelante, Arnau pidió disculpas al público, a todos aquellos que se hubiesen visto afectados por el caos circulatorio. "Este éxito de convocatoria nos ha pillado por sorpresa", reconoció. "No esperábamos un 25% más de público". Dijo que no desean crecer más, "para así garantizar la comodidad del público". Mañana, martes, ya está prevista una reunión con las autoridades para estudiar las soluciones al problema de los accesos.

Pero antes que redistribuir el mapa de comunicaciones de las inmediaciones de Fraga se antoja más fácil evitar un cartel tan estupendo como el de este año, en el que Jeff Mills, Laurent Garnier, Richie Hawtin, Óscar Mulero, Ángel Molina, Carl Craig, François Kevorkian o Andy Weatherall ejercieron un poderoso tirón entre los aficionados. Especialmente triunfal fue la sesión de Jeff Mills, quien además la estructuró progresivamente iniciándola de manera muy sutil. El resto de los dj que pasaron por el escenario principal fueron al grano y no se permitieron ningún rodeo a la hora de aplicar sus recetas de techno con subidón, deglutidas con gula por la multitud. Lo cierto es que este estilo no fue el único triunfador de la rave, ya que el hip-hop se estrenó con muy buen pie gracias a Mucho Muchacho, Solos Los Solo o La Mala Rodríguez entre otros. De igual manera, el dub de Pole y de Barbara Preisinger, el electro y el pop electrónico de artistas como Zombie Nation o Northern Line, la abrasiva sesión de electro avanzado de Maral Salmasi o los retazos de microhouse con bajos saturados propuesto por DJ Magda también tuvieron protagonismo en una rave que este año ha decidido abandonar el monocultivo de techno.

Si otros años el sol castiga a los bailarines, en esta ocasión decidió brillar por su ausencia, haciéndose tapar por unas muy oportunas nubes que incluso regalaron un breve chaparrón.

Un aspecto de la Groove Parade en los Monegros.
Un aspecto de la Groove Parade en los Monegros.HERMINIA SIRVENT

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