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Maragall ofrece a los empresarios una relación "más transparente"

"Honraremos y respetaremos los compromisos establecidos", asegura el líder del PSC

Francesc Valls

Pasqual Maragall se presentó anoche ante los empresarios catalanes con un mensaje tranquilizador: la fuerza del cambio y de la renovación, que él asegura representar, es también una garantía de estabilidad política frente a CiU, que se mueve entre la "dependencia centralizadora rancia y españolista" y la "aventura soberanista de la cual no sabemos el final".

En el hotel Juan Carlos I, y con un auditorio de medio millar de comensales -que habían pagado 600 euros cada uno-, el líder y candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat desgranó su proyecto de "lealtad con España". Esta vez la convocatoria, en la que no faltó la flor y nata del empresariado catalán, no estuvo acompañada del revuelo de la de 1999, cuando el Gobierno de Jordi Pujol expresó manifiestamente su malestar por la irrupción de Maragall en el, hasta entonces, coto privado de Convergència i Unió.

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Cuatro años han tranquilizado los ánimos del Gobierno de CiU, han dado veteranía al PSC y han permitido a los empresarios asistir a una cena sin miedo aparecer en la lista de "pasados al enemigo". Aunque, con todo, algunos han preferido no aparecer todavía en la orla. La presentación de Maragall corrió a cargo de Josep Lluís Bonet, hombre fuerte de Freixenet, quien loó el currículo "extraordinario" del candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat. Este prólogo sirvió de percha para que el líder socialista dejara clara su confesa intención de establecer con los empresarios una relación "clara, transparente y, seguramente, menos onerosa"."No es hora de alternativas sin grosor, que escurran el bulto, aquellas para la simple subsistencia", insistió una y otra vez Pasqual Maragall ante los empresarios para enfatizar uno de los ejes de su programa: que Cataluña recupere el liderazgo económico de España y pueda ocupar un puesto de vanguardia en Europa. "Cataluña debe ser la patria de los emprendedores", dijo el candidato socialista a la Generalitat, que inmediatamente pintó un fresco de tonos más que oscuros sobre los años de Gobierno de CiU y del PP.

Entre 1995 y 2002 el PIB de Cataluña ha crecido el 22,60%, cuatro puntos por debajo de la media española (26,42%). Esta tendencia puede invertirse con el programa que los socialistas piensan desarrollar desde el Gobierno de la Generalitat, a juicio de Maragall: educación, sanidad, trabajo, infraestructuras..., pero también la reforma del Estatuto, y la lealtad con España que pasa por depositar confianza en el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero.

Y todo ello, en palabras del dirigente socialista, con lealtad al pasado. "Lo he dicho en otras ocasiones y lo vuelvo a repetir: honraremos y respetaremos los compromisos establecidos. No podría ser de otra manera, pero que quede claro: examinaremos también con toda atención la legalidad y regularidad con que se han contraído estos compromisos, y tomaremos las medidas apropiadas, si llega el caso, para hacer prevalecer el interés general", dijo y agregó: "No aceptamos las amenazas de quienes dicen: 'cuando ganéis quebraremos y no os atreveréis a no ayudarnos'; ya lo creo que nos atreveremos, ya se lo hemos dicho".

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