Un magnate ruso compra el Chelsea
Román Abramóvich, un millonario de 36 años, paga 200 millones de euros por el club inglés
El multimillonario ruso Román Abramóvich es desde ayer el dueño del equipo inglés del Chelsea, después de haber comprado la mayoría de las acciones. La noticia causó asombro, entusiasmo en algunos y comentarios irónicos en otros. Para muchos sólo es un nuevo juguete del oligarca ruso, que hizo su fortuna durante el régimen de Borís Yeltsin, de cuya familia se decía que era su tesorero. Pero para especialistas en fútbol, como Valeri Dragánov, diputado y vicepresidente de la Federación Rusa de Fútbol, es simplemente "una buena inversión".
Los intereses de Abramóvich, de 36 años, son muy variados: desde petróleo hasta aviación, pasando por la política. Y en todos los campos ha obtenido éxito: controla la quinta compañía de petróleo rusa -Sibnet, que se acaba de unir con Yukos para formar la cuatra productora de crudo más grande del mundo-, es codueño del principal consorcio de aluminio del país, con el 50% de las acciones, posee el 20% del capital de Aeroflot, la primera línea aérea rusa, y, además, ha sido diputado y ahora es gobernador de la provincia de Chukotka (noreste extremo de Rusia). Su interés por el deporte no es nuevo, ya que es el principal accionista del club de hockey sobre hielo Avangard, de la ciudad siberiana de Omsk, y este año ha estado en negociaciones con el club moscovita de fútbol CSKA para comprar parte de sus acciones.
"No hay nada extraordinario en la decisión de Abramóvich de comprar el Chelsea. Se trata de un club próspero, con un estadio, dos hoteles y un centro de diversiones. Es una buena inversión", aseguró Dragánov, quien, además de dirigente del fútbol ruso es diputado de la Duma o Cámara Baja del Parlamento.
Las negociaciones entre Abramóvich y Ken Bates, el millonario presidente de la compañía Chelsea Village, dueña del equipo de fútbol que patrocinan las líneas aéreas de los Emiratos Árabes, llegaron a feliz término anteayer. El empresario y político ruso se puso de acuerdo en comprar el 50,09% de las acciones por 59,3 millones de libras esterlinas (85 millones de euros). Además, asumió deudas por otros 80 millones de libras (114,7 millones de euros). El total es, pues, de 200 millones de euros.
En Gran Bretaña la noticia fue recibida de uñas por parte de los aficionados, pero la bolsa reaccionó bien y el valor de las acciones del Chelsea aumentó en un 46%. El magnate ruso, cuya fortuna la revista Forbes la calculó este año en 5.700 millones de dólares, dijo que tenía "medios y ambiciones suficientes" para lograr que el Chelsea -que la temporada pasada finalizó en el cuarto lugar de la liga inglesa, con lo que se aseguró la participación en la Liga de Campeones- obtuviera buenos resultados. Bates, que compró el club en 1982 por sólo una libra esterlina -pero asumiendo una deuda de 1,5 millones- también se mostró optimista al declarar que "en las condiciones de competitividad en el mercado futbolístico actual el nuevo dueño del club, con más dinero, brindará al Chelsea grandes posibilidades para alcanzar nuevas alturas".
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