Lula impulsa los 'microcréditos' para 30 millones de trabajadores

El Gobierno brasileño de Lula continúa con sus reformas destinadas a los más desfavorecidos. A través de la expansión del crédito y de la reducción de los intereses, casi 30 millones de trabajadores van a poder abrir una cuenta bancaria sin más requisitos que presentar su carnet de identidad. Y podrán pedir pequeños créditos desde 70 a 300 euros a un interés mensual del 2%, frente a tasas del 150% anual que se pagaban hasta ahora.

El Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva acaba de anunciar una serie de medidas para reactivar la economía y el consumo que son inéditas en el país y poseen una enorme carga de inclusión social de los menos favorecidos, a los que se quiere integrar en el circuito del crédito, en un país en el que el tipo oficial del dinero alcanza el 26%.

Para ello, el 2% de los depósitos a la vista recibidos por los bancos deberán ser dirigidos al minicrédito. Se calcula en un total de 500 millones de euros mensuales lo que los bancos deberán dirigir para dicha operación. Y aunque la medida no es obligatoria, la no concesión de dichos minicréditos podría ser un castigo para los bancos, ya que el dinero quedaría depositado en el banco central sin remuneración. Un banco, puede, sin embargo, transferir recursos para otro que aplique minicréditos.

Los bancos de Brasil y la Caja Económica Federal son las dos primeras entidades bancarias que ya han ofrecido la nueva línea de crédito. Entre las medidas adoptadas por el Gobierno figura también la liberación de la actividad de las cooperativas de crédito, que ahora podrán ser formadas no sólo por actividades económicas, sino también por localidades.

"Acto de ciudadanía"

Según el presidente Lula, "democratizar el crédito es un acto de ciudadanía". "En Brasil el crédito faltaba para el pobre que compra y paga cada día, que no desvía el dinero, que no tiene cuentas en paraísos fiscales, que honra su deuda porque tener su nombre limpio es su patrimonio más valioso, quizás el único", dice el presidente. Por ello las nuevas medidas del Gobierno, que permiten a casi 30 millones de personas ser ciudadanos a pleno título con la posibilidad de tener una cuenta bancaria sin tener que demostrar que tiene un trabajo fijo o un patrimonio, han sido consideradas por los sociólogos como la más importante, en materia de inclusión social, después de la abolición de la esclavitud en 1888.

Precisamente hace unas semanas el nuevo ministro de Educación, Cristovam Buarque, llegaba a decir que Brasil aún no es una república en regla, ya que la sociedad está dividida entre una clase de nobles privilegiados y una multitud de parias que aún no poseen los derechos que la Constitución ofrece a todos. Entre ellos figura la posibilidad de abrir una cuenta bancaria.

Lula ha recordado también que en Brasil más de 1.600 municipios aún carecen de agencias bancarias y que 1.400 tienen sólo una, lo que supone que casi el 60% de la red urbana del país está olvidada, y criticó el modelo de privatización de los bancos públicos en el pasado Gobierno, que no preveía la inclusión de los ciudadanos en el sistema bancario.

El economista Luiz Roberto Cunha, director del Instituto Fecomércio-Rio, aplaudió las nuevas medidas del Gobierno afirmando que tendrán un gran impacto social, porque van dirigidas a los trabajadores de baja renta. Añadió, sin embargo, que el impacto en la economía tendrá lugar sólo cuando se concedan estos créditos a las pequeñas y medias empresas, ya que son ellas quienes generan mayor número de empleos. El ministro de Economía, Antonio Palocci, que milita como Lula en el Partido de los Trabajadores (PT), ha llegado a decir que "Brasil ha salido definitivamente de la sala de reanimación".