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Reportaje:

'Adiós a las trampas' en México

Un libro distribuido en los colegios mexicanos enseña a rechazar las pequeñas corrupciones que se emplean de forma cotidiana

Juan Jesús Aznárez

México ha decidido combatir la corrupción empezando por la educación de los niños en las escuelas. La Secretaría de Educación Pública ha lanzado un libro titulado Adiós a las trampas, que se distribuye en las 750.000 bibliotecas de las escuelas primarias para explicar a los escolares por qué no se debe estafar al prójimo o robar el dinero de todos. La iniciativa, muy aplaudida, responde a la profundidad de la lacra: el 94% de los habitantes de Ciudad de México cree que la policía es corrupta, según un sondeo del diario Reforma.

El propósito de este libro, de 106 páginas, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE), "es que los niños lo discutan con sus maestros, padres y directores", según el ministerio, y vayan adquiriendo así la cultura de la legalidad. La impunidad es alarmante en México: sólo se castigan 8,55 de cada 100 delitos, según los datos disponibles. Los estados más corruptos son aquellos donde la impunidad es mayor, dicen en un documento los empresarios. La mordida, el soborno de funcionarios, es frecuente y, en muchas ocasiones, los padres la ejecutan delante de sus hijos, condenados a heredar la maña.

Adiós a las trampas está ilustrado con más de 90 dibujos de niños mexicanos sobre la corrupción, ganadores de un concurso celebrado el año pasado en toda la república con 15.000 participantes de 6 a 15 años. Lo acompañan textos de periodistas y politólogos. "En la educación es donde podemos transformar estas conductas cotidianas que, en muchos casos, no nos damos cuenta del daño que le hacen a la sociedad", declaró Reyes Tamez, titular del ministerio. Algunos ejemplos: la documentación requerida por buena parte de los policías de tráfico del Distrito Federal, con una población que supera los 20 millones de habitantes, no es otra cosa que el billete nacional; "los pesitos para el refresco" a cambio de la vista gorda a las infracciones del Código de Circulación. La relación de trámites susceptibles de resolverse a golpe de "pesitos" es larga.

Las páginas del libro, según la escritora Amaranta Leyva, retratan con enorme frescura "las trampas que los mexicanos usan contra ellos mismos todos los días en la vida cotidiana".

"Los presidentes tienen que cortarse las uñas", escribió uno de los niños en un certamen. El 69% de jóvenes de entre 14 y 17 años opina que los adultos no respetan las leyes.

"El país con el que sueño es un país sin violencia ni corrupción, en donde los funcionarios públicos sean honrados para que los proyectos de la comunidad puedan desarrollarse", escribió Julio Pérez Gómez, de 15 años, procedente de Chilón, una comunidad indígena de Chiapas. Otro niño, en su dibujo, encuentra un billete en el aula. El diablo le sugiere que se lo quede, y un angelito, que lo entregue a la directora de la escuela. Debe ganar el angelito para que México salga del atolladero.

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