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Una hija adoptiva de Gaddafi murió en el bombardeo

Tripoli permanece totalmente paralizado y los extranjeros buscan refugio en sus embajadas

Una hija adoptiva de Muammar el Gaddafi, de 16 meses, murió en el ataque. De sus otros siete hijos -de- edades entre los 16 y los 3 años- dos se encuentran en estado muy grave y la esposa del dirigente libio está bajo un fuerte choque psíquico. Todo está paralizado en Trípoli, incluso los servicios de hoteles, y la colonia extranjera ha buscado refugio en sus embajadas o en lugares seguros. Las zonas más castigadas en el bombardeo contra la capital libia han sido el barrio de Ben Ashur, donde quedó parcialmente destruido un centro de comunicaciones y un edificio ocupado por la policía secreta; la zona conocida por Bab el Azizya, en -donde se encuentra la fortaleza en la que reside el coronel Muammar el Gaddafi y su familia; y el aeropuerto de la capital, cuya torre de control ha quedado totalmente destruida. El bombardeo cogió a la ciudad por sorpresa, pese a que la víspera se vieron en Trípoli movimientos de tropas. La ciudad estaba iluminada y el corte de la luz no se produjo hasta 27 minutos después de la primera descarga de bombas. Eran detonaciones cortas y desde la posición privilegiada del hotel Al Kabir, frente a la dársena del puerto, pudimos observar cómo cuatro baterías de artillería antiaérea, en forma de semicírculo sobre la ciudad, cruzaban en el aire sus proyectiles. Escuadrillas de Mig 25 libios, sobre un firmamento solamente iluminado por las estrellas y por la intermitencia de las luces de bengala, intentaron dar caza, sin éxito, a los potentes FB-111 norteamericanos, uno de los cuales asegura el régimen de Trípoli que ha sido derribado, aunque todavía no ha demostrado que este hecho sea real. Todo ocurrió en 12 minutos, al menos en Trípoli, si bien se asegura que una hora antes fue realizado un bombardeo similar en la localidad de Bengasi. Noticias procedentes de esta ciudad, situada a 1. 100 kilómetros de Trípoli, aseguran que la fuerza aérea norteamericana ha destruido allí totalmente una batería de costas, un cuartel en el centro de la ciudad y parte del aeropuerto militar de Benina. El primero en cortar el suministro de energía eléctrica en Trípoli fue el hotel Al Kabir, justamente segundos después de concluir el bombardeo, y le siguió a continuación la red de la ciudad, concreta mente a las 2.27 horas. Trípoli quedó a oscuras, a excepción del puerto, que se sumó al apagón general a las 2.42 horas. Desde ese momento sólo pudimos observar los focos de algunos vehículos que transitaban por el centro de la ciudad a gran velocidad, y una fuerte humareda provocada, al parecer por un incendio, al oeste de la ciudad. Asimismo, comprobamos la presencia de numerosas personas que, alertadas por el bombardeo y presas del pánico, intentaban abandonar sus domicilios, algunas de ellas envueltas en mantas. Falsa alarma A los periodistas nos fue prohibida la salida del hotel hasta pasadas las cinco de la madrugada. Desde minutos después del bombardeo, vimos transitar por las calles próximas al hotel numerosas patrullas armadas, compuestas por miembros de los comités revolucionarios, que, de forma inmediata y provistos con ametralladoras, fusiles y pistolas, se hicieron cargo de la situación en la vía pública y del control de los transeúntes. Las comunicaciones del hotel, completamente a oscuras, quedaron cortadas con el exterior, a excepción de alguna línea local. Este corresponsal se puso entonces en contacto con su cónsul, Federico Torres, y con el canciller, José Sánchez, que, alertados por el bombardeo, habían iniciado ya una guardia. Sánchez estuvo toda la noche comunicando con emisoras españolas para dar una versión tranquilizadora a las familias de la colonia, de que tras el bombardeo de los 12 minutos, todo parecía caminar hacia la calma. A las 5.12, coincidiendo con la llamada a la oración por el muecín de la gran mezquita de Trípoli, fue cuando autorizaron a un primer grupo de periodistas a abandonar el hotel, con permiso oficial, y, acompañados de funcionarios del Secretariado (ministerio) de Información y de miembros de los comités revolucionarios, para visitar algunos de los lugares afectados por el ataque aéreo norteamericano. En ese momento, cuando los periodistas intentábamos introducirnos en una camioneta, volvieron a repetirse las detonaciones similares a las que oimos a las dos de la. madrugada, con lanzamiento de bengalas y de cohetes. Esto, que se volvió a repetir a las 5.25 de la madrugada, provocó un fuerte nerviosismo entre los propios miembros de los comités revolucionarios, que hicieron uso de sus metralletas, que temían otro bombardeo. Sin embargo, según se comprobó posteriormente, fue una falsa alarma, provocada tal vez por la explosión de alguna bomba o la acumulación (le material explosivo en algunas de las instalaciones atacadas, probablemente de Ben Ashur y BabAzizya, distantes entre sí unos dos kilómetros. El apagón que sufrió Trípoli impidió, hasta el amanecer, a las brigadas voluntarias de rescate efectuar la recuperación de cadáveres, y heridos de los escombros.

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