_
_
_
_
_
AMENAZA DE GUERRA | El debate en la ONU

España está abierta a cambios de matiz en la resolución si facilitan el consenso

El Gobierno español se mostró ayer abierto a que el proyecto de resolución presentado ante el Consejo de Seguridad sea modificado, siempre que los cambios sean "de matiz" y "no desnaturalicen" su contenido, dos condiciones que, de hecho, reconocen fuentes oficiales, limitan mucho las posibilidades de enmendarlo.

Las fuentes diplomáticas y gubernamentales consultadas descartan de plano que la nueva redacción de la propuesta pueda modificar la afirmación clave del borrador actual, que Irak no ha cumplido con las obligaciones de desarme que le impone la ONU, o abrir la puerta a una tercera resolución previa al ataque.

"El proyecto presentado tiene la vocación de ser la última resolución sobre el caso y es claro que eso es esencial. Es algo que no puede cambiarse", opina un alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Más información
Powell y Straw estudian un ultimátum a Irak

"El texto que circula tiene sus líneas rojas, que son inmodificables. Se pueden admitir cambios de matiz, que faciliten la incorporación al consenso de más miembros del Consejo de Seguridad. Pero una tercera resolución, para empezar, nos metería en el mes de abril, y eso es impensable", explica un alto cargo de Presidencia del Gobierno.

Incluso la introducción de un plazo, que separaría la aprobación de la resolución del desencadenamiento del eventual ataque, como sugerían ayer los medios de comunicación británicos, es también un concepto extraño al pensamiento de los dirigentes españoles, que, por ese motivo, no ven con buenos ojos la propuesta canadiense de prolongar las inspecciones hasta el 28 de marzo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

La propia ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha reiterado hasta la saciedad que el mandato actual de los inspectores no tiene plazo y que, por tanto, no cabe hablar de prolongarlo. El problema, ha dicho también, no es de tiempo, porque Sadam Husein necesita pocos minutos para demostrar fehacientemente que tiene la voluntad "clara, inequívoca e incondicional" de desarmarse totalmente. Una vez demostrada esa voluntad, añade la ministra, los inspectores podrían tener mucho tiempo para realizar su trabajo que, sin duda, debería prolongarse con tareas de control a medio plazo.

No obstante, Palacio partió ayer por la tarde hacia Nueva York consciente de que tenía que afrontar el tema con el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, y su colega británico, Jack Straw, y convencida, según dijo, de que el borrador presentado es susceptible de ser "enriquecido con otras aportaciones", hasta el momento mismo en que los proponentes decidan someterlo al voto.

La introducción de un plazo "corto", según dijo el presidente del Gobierno, José María Aznar, en Tejas el pasado 22 de febrero, sería en ese contexto aceptable, pese a las reservas, en opinión de fuentes diplomáticas, si facilita el acuerdo. Y sólo por ese motivo.

Todas las fuentes consultadas en Madrid expresaron su convicción de que Sadam Husein "no está cumpliendo, no está demostrando una voluntad seria de desarmarse". También manifestaron muchas dudas sobre su negativa a hacer explosionar los misiles Al Samud 2 y su opción de destruirlos por aplastamiento, ya que, en ocasiones anteriores, dicen las fuentes, los partió con una troqueladora y luego se comprobó que los misiles podían ser recompuestos.

En cuanto a la posición de Francia, Alemania y Rusia, Aznar ha declarado que la respeta, aunque no la comparta, en una entrevista que publicará el semanario Der Spiegel.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_