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Bayer conocía el peligro del Lipobay cuatro años antes de su prohibición

La empresa mantuvo el producto incluso después de la muerte de 100 personas

Enric González

Los directivos de Bayer sabían desde 1997 que uno de sus productos más rentables, un medicamento contra el colesterol llamado Lipobay (en EE UU, Baycol ), podía resultar peligroso para quien lo consumiera. Pero lo mantuvieron en el mercado estadounidense hasta 2001, cuando al menos 100 personas habían muerto y unas 1.600 habían resultado seriamente dañadas por los efectos secundarios del fármaco. Más de 10.000 personas han demandado a Bayer y GlaxoSmithKline, la sociedad comercializadora, ante tribunales de Estados Unidos.

El primer juicio comenzó esta semana en Corpus Christi (Texas), y los abogados del demandante presentaron al juez cartas y correos electrónicos internos de Bayer que demuestran la desconfianza que el medicamento suscitaba en varios altos cargos del gigante farmacéutico alemán.

El Lipobay podía provocar una enfermedad muscular conocida como rabdomiolisis, que rompe las células de los músculos y libera sus contenidos en el flujo sanguíneo. En casos moderados, el paciente sufría dolores y debilidad. En los más graves, parálisis o muerte por fallo de los riñones. Esos problemas ocurrían generalmente cuando el Lipobay era recetado con otros productos similares, como el Lopid. Según los documentos presentados ante el tribunal y revelados ayer por The New York Times, el 27 de junio de 1997, justo el mismo día en que la Agencia de Alimentos y Medicinas de EE UU aprobó la venta del Lipobay, el vicepresidente de SmithKlineBecham (aún no fusionada con Glaxo), Jerry Karbelas, envió una carta a un directivo de Bayer en que expresaba su "seria preocupación" por los efectos si el producto se combinaba con otros.

Los abogados de Bayer sostienen que la compañía cumplió la ley en todo momento y subrayan que en diciembre de 1999 añadieron una advertencia al prospecto, donde indicaban que no debía mezclarse con Lopid. La medida, sin embargo, fue considerada insuficiente por algunos directivos. En agosto de 2000, Laurie Simpson, de análisis estratégicos, envió al departamento comercial una nota: "Si la experiencia del médico es que en el pasado ha utilizado con éxito mezclas de medicamentos, tenderá a pasar por alto la contraindicación". La Agencia de Alimentos y Medicinas, que autorizó la venta del Lipobay hasta julio de 2001 y sólo entonces hizo saber a Bayer que podía ser peligroso, sin prohibirlo, afirma que recibió las primeras noticias sobre un rápido aumento de la mortalidad en la primavera de ese año.

Bayer y GlaxoSmithKline se enfrentan a más de 10.000 demandas en EE UU. Por ahora han resuelto unos 400 casos antes de llegar a juicio, aceptando pagar indemnizaciones entre los 200.000 dólares y los 1,2 millones, según los abogados de los pacientes. La factura total podría ascender a miles de millones de dólares.

Pero el primer juicio ha comenzado mal para la compañía. Intentó pactar una indemnización con el demandante, Hollis Waltom, de 82 años, pero sin éxito. Entonces envió cartas a 2.100 personas de la región en las que recordaba que Bayer empleaba a más de 2.000 personas en Texas y afirmaba que había tomado "medidas inmediatas y apropiadas" para advertir a los médicos. Las cartas las interpretó el juez, James Klager, como un intento de presionar a la población y especialmente al jurado, ya que llegaron a dos personas preseleccionadas para el mismo.

Envases de los medicamentos anticolesterol Lipobay y Lopid.
Envases de los medicamentos anticolesterol Lipobay y Lopid.LUIS MAGÁN

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