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La falta de higiene y seguridad en las fábricas causó el síndrome Ardystil, según un experto

La mezcla de gases y elementos químicos habría creado un ambiente tóxico en los talleres

Rafael Cabrera, especialista del Instituto Nacional de Toxicología, declaró ayer ante el tribunal que la falta de higiene y de medidas preventivas de seguridad, tanto generales como individuales, en las fábricas originó el síndrome laboral Ardystil. Según el experto, en los talleres se creó una ambiente tóxico al mezclarse varios elementos químicos, algunos casi letales como el fosgeno. El síndrome -afecciones pulmonares- causó seis muertes y afeto a un centenar de trabajadores en ocho fábricas de aerografía textil de L'Alcoià a principios de los noventa.

El toxicólogo subrayó que las conclusiones de su informe son hipótesis en base a los informes aportados por las consejerías de Trabajo y Sanidad y del juzgado, una vez descubierto el síndrome, en mayo de 1992. Cabrera destacó la imposibilidad de realizar pruebas sobre las reacciones de los productos -colorantes y disolventes- empleados en las fábricas. "En Europa no había ningún laboratorio capacitado, se pidió a uno americano y no la realizó", comentó.

El especialista aseguró que, en base a esos informes, podía concluir que la insalubridad y la falta de medidas de seguridad (ausencia de sistemas de ventilación generales y localizados y mascarillas y formación para los empleados) creó en los tallares una nube tóxica. "Si esta nube aparece es porque fallan las medidas de seguridad a la hora de manipular los productos químicos", dijo. "En España, hay industrias que, por ejemplo, trabajan con cianhídrico y no tenemos muertos todos los días", añadió.

El doctor Cabrera tampoco fue tajante a la hora de identificar el elemento químico que al ser inhalado por los operarios causaba la enfermedad. "Hay una multiplicidad de elementos, entre ellos, el fosgeno -producto de la descomposición del disolvente 1.1.1 tricloroetano por la acción de una fuente de calor directa-. También podrían haber reacciones químicas desconocidas", argumentó.

El experto admitió que el cambio de fórmula del producto Acramín, de Bayer, pudo ser un elemento desencadenante, "pero no como factor exclusivo, sino concurrente". El grueso de los casos se produjo tras el cambio de producto, pero también se contabilizaron algunos antes e incluso en fábricas que utilizaban otras mezclas.

Ayer, también declararon ante el tribunal, la sección 3ª de la Audiencia de Alicante, el jefe y un técnico del Gabinete de Seguridad e Higiene en el Trabajo de Alicante. Aseguraron que, antes del síndrome, inspeccionaron tres aerografías, entre las que no se estaba Ardystil porque no pudieron localizarla, y que los niveles tóxicos estaban dentro de los límites. "Recomenendamos la instalación de sistemas generales de extracción de aire", precisaron. Tras aparecer los primeros casos, inspeccionaron las ocho fábricas. Tampoco se superaban las niveles máximos. Constataron que los trabajadores no utilizaban mascarillas y recomendaron instalar sistemas de extracción localizados. En el caso de Ardystil, la prueba se realizó en las peores condiciones. "La fábrica estaba cerrada. Simulamos la actividad con tres operarias durante dos horas", dijeron.

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