"La crisis con España empezó a resolverse cuando el rey me llamó a consultas"
Regresó a Madrid con discreción, tras 15 meses de ausencia, el domingo por la noche y ni siquiera informó de su llegada a sus más íntimos colaboradores. El lunes por la mañana se reincorporó a su puesto, al frente de la Embajada de Marruecos en Madrid, que dejó vacante a finales de octubre de 2001 cuando el rey Mohamed VI le llamó a consultas para manifestar su disgusto por la actitud de España.
Pregunta. ¿Cómo se encuentra en Madrid?
Respuesta. Bien. Entusiasmado con continuar con la misión que me fijó Su Majestad. Trabajo para los intereses de mi país que, entre otras cosas, pasan por una buena relación con España.
P. La crisis empezó a superarse el 10 de diciembre cuando su ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, declaró que había durado demasiado.
"Hay que acabar con los altibajos en la relación a los que estamos resignados"
"Mi retirada fue un toque de atención para replantear toda la relación bilateral"
R. No creo que ésa sea la fecha de referencia. Aunque le sorprenda, yo diría que la crisis solapada con España empezó a resolverse el día en que Su Majestad decidió llamarme a consultas. Lo que se pretendió entonces fue dar un toque de atención que sirvirera para replantearse la relación, para empezar a reconstruirla. Hay que acabar con esos altibajos a los que estabamos resignados.
P. ¿Que provecho ha sacado Marruecos de la crisis?
R. Hablar del provecho es señalar que la crisis fue provocada por una u otra parte. Digamos que no hay mal que por bien no venga. A partir de ahora debería iniciarse una nueva etapa sobre bases más saneadas. Sentar esas bases es, entre otros, la tarea de los cinco grupos de trabajo que el mes pasado se pusieron manos a la obra. Acabo de aterrizar en Madrid. Veremos cómo evolucionan las cosas.
P. ¿Es Marruecos la asignatura pendiente de la política exterior española?
R. Al vecino no se le puede cambiar de sitio. Marroquíes y españoles debemos buscar lo que nos une. Los españoles lo han hecho con Francia y con Portugal. Es verdad que el marco de la Unión Europea lo ha facilitado mucho. Con Marruecos queda mucho por hacer. El marco del tratado de amistad y cooperación de 1991 también puede allanar el camino.
P. El gesto del rey, autorizando a faenar en sus caladeros a pesqueros españoles afectados por la catástrofe del Prestige, también contribuyó a facilitar la normalización.
R. El gesto real respondió a un impulso solidario por aliviar los daños causados por esa catástrofe. No perseguía ningún objetivo político, ni buscaba contrapartidas. Si, en España, ha propiciado una reevaluación del comportamiento de Marruecos, me alegro de ello.
P. Desde que, en noviembre, formó Gobierno, el nuevo primer ministro, Driss Jettu, multiplica también los gestos hacia España. ¿Ha desempeñado un gran papel en la vuelta de los embajadores?
R. La política exterior es una competencia de soberanía del rey. El Gobierno y, en particular, el primer ministro pueden, no obstante, contribuir a fortalecer la línea marcada por Su Majestad y que consiste en alcanzar la relación más estrecha posible entre nuestros dos países.
P. ¿No requiere una nueva etapa nuevos embajadores?
R. Soy un servidor de Su Majestad y del pueblo. Estoy a su disposición. Mientras no se me indique lo contrario mi misión es desarrollar en España la tarea que me ha encomendado mi rey.
P. La crisis ha dejado un pose de desconfianza entre el rey y el presidente José María Aznar. ¿No habrá que esperar a que acabe la legislatura en España para que se lleve a cabo la verdadera reconciliación?
R. No comparto su afirmación sobre la desconfianza. Digamos que la etapa que comienza requiere mucha más comunicación que antes entre nuestros dos gobiernos. No podemos cambiar la historia, pero sí hay que intentar hacer una nueva lectura.
P. ¿Existe en Marruecos un grupo de presión pro francés interesado en emponzoñar la relación con España?
R. Marruecos no es ningún coto cerrado para nadie. No tiene nada de escandaloso la existencia de un lobby. Si no existen los lobbies hay que crearlos. Los anglosajones creen, con razón, que es un metódo de trabajo y una técnica para conquistar cuotas de mercado.
P. La clase dirigente española, a diferencia de la francesa, conoce poco Marruecos. ¿Es una de las razones de la incompresión?
R. Es verdad que nos gustaría que vengan más. Siempre serán los bienvenidos. Se encontrarán con un pueblo amigo.
P. ¿Qué opinión le merece la instantánea de Aznar, publicada en enero en la portada de La Vanguardia, delante de una fotografía con el islote de Perejil sobre el que ondea la bandera española?
R. Pensé, al verla, que era un buen montaje fotográfico. ¿Acaso no lo es?
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