Éxito del coreógrafo Akram Khan en el Festival Romaeuropa
La edición 2002 del prestigioso Festival Romaeuropa presentó el pasado viernes al joven coreógrafo inglés de origen indio Akram Khan, con la obra Kaash, con decorados del bengalí Anish Kapoor (uno de los triunfadores de la última edición de Arco). Kaash se inspira en la diosa Shiva, y usa la danza tradicional kathak como tensión umbilical y motivación rítmica, lo que le lleva a una expresión veloz con un ajustado sentido de la progresión y muy exigente con los intérpretes.
Khan es la gran revelación de la danza contemporánea británica, con un canon que regresa constantemente hasta lo obsesivo y reordena los materiales coréuticos como metáfora de la última sistematización de que han sido capaces posmodernistas tardíos y neomodernos.
Akram Khan ha obtenido en Roma un contundente éxito al eludir casi completamente el salto y las extensiones, lo que le lleva de nuevo a la danza clásica india y a un estrechamiento de la senda expresiva. Vale recordar que de niño Akram era el tímido muchachito que recitaba el Bhagavad-Gita en el Mahabharata de Peter Brook.
Por otra parte, anteayer, día 19, por primera vez se vio danza en el recién estrenado Auditorio del Parque de la Música de Roma, diseñado por Renzo Piano y aún en su segunda fase constructiva. Fue Aterballetto, la compañía de Reggio Emilia, quien debutó en las polémicas instalaciones, con un programa compuesto por dos coreografías de Mauro Bigonzetti y una de William Forsythe. El Steptext de Forsythe mantiene el valor de la originalidad, aunque hoy se ve bailada, a casi 20 años vista de su estreno, de otra manera menos espontánea y con cierta presuntuosidad expresiva en los bailarines.
Babelia
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