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Entrevista:EWALD STADLER | Líder disidente de la ultraderecha austriaca

'Yo soy el doberman de Haider'

Ewald Stadler escandalizó al sostener que la presencia de los aliados en Austria después de 1945 no fue mejor que la ocupación nazi. La pasada semana jugó un papel clave a favor del retorno del ultraderechista Jörg Haider a la presidencia de su Partido Liberal (FPÖ). En su oficina de Defensor del Pueblo guardó las firmas en apoyo del líder, que llevaron al derrocamiento de la vicecanciller Susanne Riess-Passer y a la disolución del Gobierno austriaco, formado por el FPÖ y el democristiano ÖVP. Stadler, de 41 años, padre de cinco hijos, se autocalifica de 'católico conservador' y pertenece a la Orden de Corpus Cristi de Toledo. El redactor de parte esencial del programa del FPÖ de 1999 defiende la conservación de los valores de nuestros antepasados como 'el orden, la puntualidad y la fidelidad'.

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Pregunta. Se dice que es usted un peso pesado de la derecha dentro del FPÖ, en comparación con los pesos ligeros, más liberales, que han quedado descalificados tras la revuelta contra el grupo gobernante del partido.

Respuesta. Es casi un piropo. Se lo agradezco.

P. Haider anunció esta semana que asumiría la presidencia del partido. ¿Considera un error que delegara hace dos años y medio el mando a Riess-Passer?

R. Yo siempre sostuve que Haider no debía soltar la presidencia del partido. La evolución fue diferente pero ahora el FPÖ retoma con fuerza la línea tradicional de Haider.

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P. Pero de facto Haider nunca dejó de ser el líder del partido.

R. Pues entonces nada ha cambiado. El papel de Haider es excepcional porque logró un auge incomparable de nuestro partido, inimaginable hace 16 años. Somos un factor político que va acoplado a la persona misma de Haider.

P. ¿Está usted entonces satisfecho con la situación en el FPÖ, que tras provocar un descalabro del Gobierno se arriesga a pasar a la oposición?

R. Desde la oposición también se pueden imponer reformas, aunque claramente es más fácil desde el Gobierno y sería preferible seguir gobernando. El punto clave del conflicto interno del FPÖ es ver si queremos ser parte del sistema que hemos estado combatiendo durante 15 años, o somos un partido diferente. Debemos tener credibilidad, mantener las promesas y no olvidarnos del hombre de a pie, en el sentido social, ni de nuestra posición frente a la ampliación europea. Exigiremos el veto al acceso de la República Checa a la UE si no soluciona puntos concretos como la abolición de los decretos Benes que legitiman la expulsión de la minoría germana en 1945.

P. Muchos funcionarios del FPÖ reciben dentro del partido un apodo de animal, como Susanne Riess-Passer, llamada 'cobra real' [la mayor víbora venenosa que existe]. ¿Qué animal es usted?

R. Soy el doberman de Haider. Me gusta mucho esta raza. Es elegante, fiel, digno de confianza, casi no ladra, pero cuando es necesario sabe morder.

P. ¿Y qué es lo que usted tiene en común con Haider?

R. Nos une una ideología común y una antigua amistad desde 1986, pero nuestros caracteres son contrarios porque, aunque parezca extraño, Haider ansía la armonía e intenta unir a la gente, mientras que yo busco el conflicto, las posiciones contrarias, hasta la polarización. En ideología somos ambos deutschbewusst [orgullosos de la identidad alemana]. El FPÖ pone de relieve que en Austria, país resultante de un imperio multiétnico, el origen de la mayoría de la población es germánico. Nos sentimos responsables de la minoría germano hablante de Tirol del Sur en Italia, así como de las minorías germanas que fueron expulsadas en 1945 de países del Este, por eso exigimos la abolición de los decretos Benes.

P. El FPÖ está acentuando entonces la posición derechista, que usted denomina la 'línea tradicional de Haider'.

R. No, somos incluso izquierda porque abogamos a favor del 'hombre de a pie'. El ÖVP, en cambio, es la derecha.

P. Se declara usted católico, pero no parece sentirse cercano a la vertiente caritativa de la Iglesia, ni a la institución de Cáritas.

R. Con Cáritas no estoy de acuerdo porque es demasiado favorable a la inmigración. En la Iglesia se han infiltrado tantos elementos protestantes que me siento comprometido sólo con los círculos más conservadores.

P. ¿Cuál es su posición frente al fascismo?

R. Soy demócrata, y ninguna posición democrática es compatible con el fascismo.

P. Usted preside la Sociedad de Amistad Austro-Iraquí, que el Gobierno de Bagdad considera favorable a su propio régimen. Y en febrero Haider fue a Bagdad a dar la mano a Sadam Husein. ¿No condena usted el régimen dictatorial iraquí?

R. El régimen de Bagdad no es ni mejor ni peor que el de otros países árabes, donde no existe la democracia en el sentido occidental, como Jordania, Siria o Arabia Saudí, un país fundamentalista fascistoide sin derechos civiles ni libertad religiosa, que recibe respaldo de EE UU. En Irak, en cambio, existe un acceso laico y libertad confesional. La política del Gobierno iraquí es cuestión interna, la determinan los iraquíes.

P. Altos dirigentes iraquíes sostienen que hay puntos en común entre el partido Baas de Sadam Husein y el Partido Liberal de Haider.

R. Me imagino que se refieren a la posición fundamental nacionalista y patriótica del FPÖ como algo parecido al nacionalismo árabe del partido Baas. Yo no tengo por qué aceptar la opinión de ellos. Nosotros nos esforzamos en tener buenos contactos con los países árabes en interés de la economía austriaca.

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