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Reportaje:

'El Padrino', a la mexicana

Cuatro enmascarados acribillan de madrugada en su cama del hospital a un 'capo' del narcotráfico

Juan Jesús Aznárez

Cuatro enmascarados irrumpieron con fusiles de asalto en la habitación del hospital donde convalecía el supuesto narcotraficante Ismael Flores, alias El Mayelo, y lo acribillaron a tiros en presencia de su esposa. 'Casi lo parten en dos', dijeron empleados del centro. Emulando, esta vez con éxito, el atentado contra don Corleone de la película El Padrino, los cuatro sicarios sometieron a médicos y enfermeras y ultimaron al narco sobre la cama. Su mujer dormitaba en un sofá y casi muere, pero un asesino dudó.

El cargador de un AK-47, conocido como cuerno de chivo, fue abandonado en el lugar con siete de las 18 balas sin percutir. El guardaespaldas de Flores también perdió la vida. 'Nos gritaron y nos dijeron que nos matarían si salíamos del cuarto en que habíamos sido encerrados', declaró una enfermera. Minutos antes del asesinato habían sido conminados a tirarse al suelo sin levantar la cabeza. Los ajustes de cuentas entre narcos son frecuentes en la frontera norte: 35 muertos en lo que va de año sólo en Nuevo Laredo, en el Estado de Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos.

El asesinato ocurrió a las tres y media de la madrugada del martes en el hospital San José, después de que varios empleados fueran obligados a informar sobre la habitación del gatillero convaleciente. La víctima, de 38 años, cuya extradición a Estados Unidos reclamaba la DEA (agencia norteamericana contra el narcotráfico), se recuperaba de las heridas causadas por un atentado ocurrido dos meses antes, en el que murieron cuatro personas. Fuentes policiales dijeron que tiempo atrás se había negado a pagar el peaje cobrado por los grandes carteles.

La víctima, según funcionarios judiciales, pertenecía a un grupo enfrentado a muerte con el cartel del Golfo, dirigido por Osiel Cárdenas. Los autores del crimen vestían de negro, chalecos antibalas, y pasamontañas. La mujer de 39 años de edad que se identificó como esposa de Ismael Flores salvó la vida de milagro, pues uno de los pistoleros le apuntó con el arma, vaciló, y salió de la habitación.

El Mayelo murió sobre la cama donde convalecía de una operación quirúrgica efectuada hace una semana. Su guardaespaldas, Silvano Ruiz, de 32 años, logró salir del cuarto tambaleándose, pero murió en el quirófano.

Todo indica que se trata de una venganza entre carteles que se disputan los corredores de Nuevo Laredo hacia el voraz y lucrativo mercado norteamericano. El ajuste de cuentas parece deberse a que los carteles de la droga mexicanos están viviendo un momento de transición, de reacomodo y lucha por el poder tras el descabezamiento de la familia Arellano Félix hace unos meses.

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El mismo día en que caían el supuesto sicario y su escolta, un jefe de la policía investigado hace dos años por sus presuntos nexos con el comercio ilegal de estupefaciente, Israel Vélez, era también asesinado. Le llamaron para efectuar las pesquisas de un robo menor, pero le esperaban en el trayecto. Le dispararon, con una pistola, desde la ventanilla de una camioneta que se puso a la altura del coche patrulla.

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