Los 'crímenes de honor' han acabado este año con la vida de 40 mujeres en Pakistán
Más de cuarenta mujeres murieron en Pakistán en los seis primeros meses de este año, víctimas de los crímenes de honor ejecutados por hombres ofendidos que consideraron su conducta atentatoria contra el buen nombre de la familia. Según un estudio elaborado por la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, lejos de saciarse con estos asesinatos, los ejecutores de la libre aplicación de la justicia -hombres apoyados por sus representantes en tribunales populares de tribus del sur de la región de Punjab- han participado en violaciones y otras agresiones sexuales practicadas a más de 150 mujeres en aras del honor.
El informe cifra en 82 los asesinatos en los distritos sureños de Multan, Dera Ghazi Khan y Bahawalpur. De ellos, la mitad a cargo de cuatro padres, 15 hermanos, 10 esposos, dos hijos y nueve parientes próximos. Dos de estas mujeres murieron por no querer tener hijos, otra, por negarse a prostituirse. De las 150 mujeres violentadas, muchas fueron violadas por más de un hombre.
Estos actos, que 'no respetan ni la religión ni la legalidad', como declaró hace dos años el presidente paquistaní, general Pervez Musharraf, son, sin embargo, abordados con indulgencia por parte de los guardianes de la ley, según denunció el portavoz de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, Tanveer Jehan, a la BBC.
La maestra de Meerwala
El estudio aparece apenas un mes después de que la maestra de 18 años Mukhtar Mai, vecina del poblado de Meerwala, fuera violada por cuatro hombres, víctima de un tribunal popular formado por la tribu mastoi que la condenó porque su hermano, de 12 años, había mantenido supuestas relaciones con una mujer de casta superior de esa misma tribu. La policía arrestó a 15 hombres relacionados por unos hechos que fueron condenados por gobiernos y organizaciones defensoras de los derechos humanos del mundo.
Los asesinatos, violaciones y mutilaciones sustentados por estos códigos de honor se aplican en gran número de tribus del medio rural musulmán, pese a que el Corán no alude a ellos. Se trata de un medio donde se concibe a la mujer como una propiedad del hombre y su papel como el de estandarte de la reputación familiar. A partir de ahí, la gama de conductas inmorales recorre un largo abecedario que incluye la infidelidad con la pareja, la negativa a un matrimonio pactado, solicitar el divorcio, coquetear o recibir llamadas telefónicas de un hombre, retrasarse en la hora de servir la comida o permitir ser violada.
Pakistán está a la cabeza de la lista de los países con crímenes de honor. A veces la víctima sobrevive, pero carga de por vida con la huella de la venganza en el rostro y en el cuerpo, previamente abrasados por el ácido o la gasolina prendida. Bangladesh, India, Turquía, Jordania, Palestina, Egipto, Uganda, son otros de los países donde un supuesto concepto de honor vale una vida.
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